lunes, 21 de febrero de 2011

Los de mi mismo planeta

El otro día reflexionaba acerca de esas personas con las que te sientes como con un semejante.
El otro día comentaba algo que una de estas personas me comentaba.
Estos seres son los que te ayudan a seguir.
Yo me he encontrado con varios de estos seres.

Los ves y te dan ánimo.
Ilusiona solo el hecho de encontrarlos.
Cada vez que los ves, aunque desde la última vez que los vistes haya pasado mucho tiempo, el tiempo parece que no haya pasado mucho entre encuentro y encuentro.
Encuentras siempre en ellos una sonrisa en el abrazo.

Saben darte sin quizás ser conscientes de lo que te están dando.
Inclusive parece que se alegran más ellos de verte a ti que de verlos tú a ellos.
Los sentimientos son recíprocos.
Vale la pena esperar el tiempo que ha de transcurrir desde el momento en el que nos decimos “hasta pronto” hasta el momento en el que nos decimos “hola, qué tal todo”.
Imposible no añorarlos en este “entretiempo”
Al estar con ellos el paraíso es menos utópico en el cielo y más real en la tierra.

Solo puedo pues decirles: “¡GRACIAS por existir¡”


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