jueves, 17 de febrero de 2011

De resultas de leer La Contra de La Vanguardia



Desde hace años soy un adicto a las entrevistas que el diario La Vanguardia publica de lunes a sábado en la sección La Contra   -felicidades sinceras Ima, Lluís y Víctor por vuestro trabajo-  (ah, son de acceso libre cada día en la página web del diario, (os recomiendo vivamente su lectura) e inclusive las que considero más interesantes las guardo en un documento Word.

Pues tras este preámbulo comento algo que resulta de haber leído la entrevista publicada hoy a Cristina Antolín, misionera en África, doctora en Medicina y Cirugía y ginecóloga

En un extracto de la entrevista de Ima Sanchís se puede leer:

Explíqueme momentos de estos 26 años que le hayan hecho evolucionar.

Durante la guerra del Congo los soldados atacaron nuestra comunidad; nos metieron a todas en una iglesia con otros misioneros mientras saqueaban nuestra casa. Lo terrible fue que la población acabó de arrasar con lo que quedaba. En el hospital ocurrió lo mismo, aparatos que yo había traído con muchísimo esfuerzo fueron destruidos.

Eso debió de doler mucho.

Sí, pero obtuve grandes lecciones, entendí que es más importante trabajar por ese intangible que es el amor que por conseguir aparatos. Me di cuenta de que quizás no habíamos vivido con la suficiente cercanía e igualdad con la población. Y, por supuesto, aprendí algo muy grande: que la vida la puedes perder en dos segundos.

¿Sintió su vida amenazada?

Sí, a la iglesia entraban soldados totalmente drogados pegando tiros para asustarnos. Uno me puso la bayoneta en el pecho, durante diez minutos me gritó y amenazó, quería 2.000 dólares que yo no tenía. No clavó la bayoneta, pero podía haberlo hecho. Así que supe que había vuelto a nacer.

¿Qué sentía?

Miedo, pero a la vez una fuerza interior que me hacía seguir de pie y buscar un momento en el que los soldados estuvieran distraídos para salir corriendo con toda mi comunidad y, perseguidas por los tiros, internarnos en la selva.

¿Nunca ha llegado a sentir odio?

Sentí rabia hacia esas personas que habíamos ayudado tanto y destrozaron aparatos de los que ya nadie se beneficiaría. Tuve que hacer un trabajo de reconciliación y decidí no rehacer la casa, adaptarme a la situación.


De este relato lo que me ha impresionado es el comentario de la experiencia de haber tenido la bayoneta a 2 cm. De su plexo solar.

Está comunicando mediante este medio un ser humano que ha visto la muerte más cerca de lo que yo estoy viendo esta pantalla del pc mientras escribo esto.

Le doy vueltas a la cabeza, me parece . Una experiencia asi es realmente impactante, una experiencia así deja de lado otras miles de experiencias que, como por arte de magia, dejan de tener todo el valor emocional con las que se las resiente.

Una experiencia así no todos tienen/tenemos la oportunidad de vivir pero una experiencia así te cambia el enfoque de la vida y leer una experiencia así me hace replantearme muchos aspectos de mi vida.

Mis emociones, mis inquietudes mis enfoques, mis miedos, mis certezas.... ¿cómo serían ahora si la muerte se me mostrase a escasos dos centímetros de mi plexo solar?

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