jueves, 28 de julio de 2011

Ay Dios dónde me meto

En una conferencia que dio un catedrático de la universidad complutense de Madrid oí decir algo que me impactó:

Con mis palabras recuerdo que entendí lo que con sus palabras creo que dijo:

"Cuando un ser humano está delante de otro y hablan hay un intercambio de información genética que va de uno a otro. Está información se integra en el cuerpo de tal manera que reconocerse es un efecto directo de ello. Es el mismo principio de contagio por estornudo, los virus van de uno a otro impregnando el cuerpo del receptor. Es el mecanismo que nos ha dado la madre naturaleza para reconocernos ya que en esa información genética está guardada toda la experiencia de cada uno".

Me quedé maravillado con esa aseveración.

Entonces, cuando hablamos con un ser humano ese es el "milagro" que ocurre. 
Y aunque no hablemos con todos si creo que estamos a punto de cerrar el círculo de "conocernos" y "reconocernos" todos porque la suma de informaciones hace que todos estemos ya dentro de todos. Es por eso la humanidad va a dar, entre otras cosas, ese salto evolutivo hacia una fraternidad real.

Y esa certeza científica me lleva a la siguiente reflexión.
Reconocemos en el exterior lo que "latente" está en nuestro interior. 
Si no lo tuviésemos "dentro" no lo podríamos reconocer afuera.

Entonces "entrar" cosas en nuestro interior es una forma de recopilar esa información para después poder reconocerla "afuera".
Ese creo que es el principio del porqué en el Universo existe el principio de lo que denominamos "depredador", es un largo camino para la Unificación del Todo.
Un agujero negro "engulle" lo que está cerca de él.



A nivel más plano, cuando yo me como una manzana, me estoy "comiendo" toda la información que registró en ese fruto el árbol que la produjo. Si el manzano fue azotado por vientos o por lluvias. Si era silvestre o fue un árbol de un huerto integraré en mí la información que el árbol tuvo. El amor o el odio del empleado o del agricultor que lo trabajó, y no solo la manzana, cualquier cosa.
Inclusive si me como las semillas de esa misma manzana potencialmente me estoy comiendo un árbol entero, porque una semilla es potencialmente un árbol
Lo mismo pasa con los vegetales o con los animales. Ingerimos la información que "ellos" registraron.

Eso explica porque la "sopa" de la madre o del amor de cada uno de nosotros no sabe igual a la sopa de la madre o del amor de cada uno de vosotros/as. Porque la madre o del amor de cada uno lo hacía o lo hace con el amor único y especial que tenía/tiene para esa persona única que era su hijo/a o su amado/a. En esa sopa, una de las informaciones que ingeríamos o ingerimos es "su" amor de madre o de amor y aunque la receta fuese igual, en cantidades y origen de los componentes la sal mágica es el amor de quien ese plato está preparando o preparaba.

A veces pensamos, y hay razón en ello, que un animal paga con dolor su sacrificio de morir para servir de alimento a otro animal, y el hombre somos también animal. 
Pero aunque sea a otra escala, también la planta del tomate o de la zanahoria, por poner solo unos ejemplos, pagan también con dolor su sacrificio de servir de alimento a las demás especies. Forma también eso parte de la ley de la naturaleza. Y digo esto porque actualmente sabemos que también el reino vegetal, así como el animal, tienen un grado de sensibilidad.

No entro con ello en valoraciones    -ay Dios dónde me meto...-    de la conveniencia o no de ser vegetarianos, solo reflexiono en alta voz, o en escrito para ser leído, de como es necesario entrar en nosotros información para que, estando dentro podamos reconocerla a fuera.

Quizás esa sea la base para la unificación del todo.

El hombre mismo es un Universo en miniatura que está "dentro", sino fuese así, ¿cómo podríamos reconocer "afuera" de nosotros el Universo.
A nivel atómico cada órgano es una galaxia, cada hueso es como una constelación, cada átomo con sus electrones es cómo un Sol y su sistema solar.

La base para enfocarlo todo correctamente es creo el amor.
(A=no - MOR=muerte)  
Es decir, es nutrir un sentimiento de agradecimiento, a la vida, al manzano, a la manzana, al manzanero... por comernos una manzana, o por comernos lo que queramos comernos, porque uno de los principios básicos del Universo es el de la entrega...

Un ejemplo: Los indios, esos a los que se llamaban salvajes, siempre la noche antes de ir de caza, le oraban al animal que iban a cazar, le pedían disculpas y le daban las gracias por su sacrifico. Le explicaban porqué debían cazarlo y cuál era el bien que a su tribu les iba a reportar el cazarlo. Una vez cazado orientaban su cabeza en una determinada dirección para que el alma del animal encontrase su camino en el mundo de la energía....

...pero como he dicho: "¡Ay Dios, dónde me meto..."

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