jueves, 28 de junio de 2012

Hola, os presento, ¡aquí unos amigos¡


La amistad es uno de los valores más elevados que se pueden anidar en el alma humana.
La amistad es un valor y cuando esa amistad tiene un alto valor esa amistad va más allá, va casi hasta sentir que en la persona amiga se tiene una parte de sí misma desdoblada.

Leía hace poco que los amigos son la familia que uno se crea.

Hay amistad entre personas del mismo sexo, puede haber y de hecho hay amistad entre personas de sexo distinto, y hay amistad hacia otros seres vivos.

Los amigos que os presento son unos amigos muy especiales, son los árboles.


Hace ya algún tiempo que tuve la ocasión de vivir una experiencia muy hermosa con ellos. Vivía en Francia y asistí a un workshop de Tensegridad. Cerca del lugar donde se realizaba se organizaba una “subida” a los árboles.

De coordinar y realizar dicha actividad se encargaba un chico de origen africano especialista en esa actividad tanto lúdica como profesionalmente. Me explicaba que siempre que organiza una actividad de ese tipo la noche anterior y antes de montar todos los arneses que permiten subirse al árbol les pide permiso por ello y si no siente el acuerdo no insiste y desiste.

Fuimos muchos a montar en turnos de dos en dos y cuando me toco mi turno y una vez ya encaramado no sé lo que pasó, la cuestión es que tuvo que atender un problema con los arneses de tal modo que mi “subida” al árbol en lugar de durar los 20 – 25 min. previstos duró más de 1 hora y media.

El coordinador subió para explicarme el problema y para saber que todo era ok.
Aprovechó para explicarme que la copa de los árboles, algunas tribus de África la denominan el "Trono de los Dioses". Me e xplicó que muchas veces, para solventar problemas o para  llegar a acuerdos se suben las gentes a la copa de los árboles y desde esa posición privilegiada hablaban y hacían de modo que todo fuese más fáci.

Me subí a esa posición y la experiencia fue extraordinaria. Por la emoción, por la altura y porque el punto de encaje se mueve automáticamente a esa altura, además todo se ve diferente, es verdad.

Hacía poco había leído el libro Luna que escribió Julia “Butterfly” Hill acerca de su experiencia de casi dos años subida a una secuoya para salvar a "LUNA", su secuoya de la tala y entendí un poco más la maravilla que debió vivir.

Los árboles son seres muy, muy especiales, son por ello unos amigos muy especiales.



De alguna manera simbolizan al ser humano, las raíces en la tierra y los frutos en el aire, y entiendo frutos por pensamientos benevolentes y creativos ya que los pensamientos crean futuros.
Un árbol es casi simétrico, raíces y ramas son parecidas en la forma.
Un árbol da frutos, como debería dar el hombre.
Un árbols da cobijo y energía.
Ellos fueron los primeros habitantes del planeta Tierra y sin ellos la vida actualmente sería imposible por el equilibrio que producen al ecosistema.
Mantienen compacta la tierra, albergan formas de vida.
A un nivel mágico diría que son como antenas, canalizan la energía del cosmos, de un cierto tipo de energía.

Si tienes un problema, te sugiero: háblale a un árbol, él vive en un tiempo diferente al nuestro y la magia de la interconexión hace que él te puede ayudar a cambiar el enfoque o a encontrar la respuesta.

Además estamos vinculados a los árboles, las expresiones: "echar raíces", "el árbol geneálogico" de por sí nos vinculan con ellos a nivel arquetípico, se dice tambien que todo hombre ha de tener un hijo, escribir un libro y plantar un árbol para ser completa su vida y completo en él en la vida.

Son por eso los árboles unos amigos muy especiales.
Y como los amigos de los amigos son también amigos, por eso he querido hablar de esos amigos.
Para que se conviertan también en amigos.

Recordar a los amigos es nutrir el alma, tanto la propia como la del amigo.



A un amigo no se le recuerda todo el tiempo porque de alguna manera forma parte de uno mismo y porque sabemos que está ahí aunque no pensemos en él.
Lo bueno del amigo es que le encuentras enseguida cuando le buscas.

Hoy he querido pensar en ellos y sencillamente darles las gracias por estar ahí y he querido tambien hacer pensar en ellos, es por eso lo de: "Hola, os presento, ¡aquí unos amigos¡".


No hay comentarios:

Publicar un comentario