jueves, 21 de junio de 2012

Corazónpensamiento


Llegará un día que yo tambien, como cada uno de nosotros nos pasará, me acercaré al momento de mi gran viaje.

Desde adolescente siempre he pensado que ese viaje ha tenido muchas diferentes etapas y por tanto bajar y subir del tren es algo ya habitual aunque no lo recuerde con lujo de detalles

Y muchas veces me he preguntado si cuando llega ese momento el pensamiento cambia, si las cosas que hoy se ven de una forma cuando se acerca ese momento se ven de otra.

Las personas que han vivido el bajarse del tren y volverse a subir puesto que la estación aún no era la correcta manifiestan siempre un cambio profundo de pensamiento.

Muchas veces me gustaría saber si cuando llegue a mi estación qué me pasará a mi...

Cómo saberlo, cómo adivinarlo.

Y no tengo la respuesta.

A veces me imagino ese momento y sin embargo no he estado nunca tan cerca como para sentirlo hasta la última célula y ver cómo reaccionaría.

Sigo pensando que el pensamiento coherente y lógico es la base de un buen equilibrio en la vida.

Como decía un amigo mío, la loca del piso de arriba hace su trabajo y tambien es cierto aquello de que el corazón tiene razones que ni la misma razón entiende, los dos están destinados a trabajar en colaboración.

Reflexionaba en este blog hace tiempo que en el corazón como en un ordenador. Es en el corazón en donde está nuestro sistema operativo mientras que en el cerebro es donde está nuestro software y nuestro hardware, somos pues las dos cosas al mismo tiempo.

Sin embargo como reflexionaba también en este blog siempre hay un tercer aspecto y es el más importante por que es el resultado de la unión de los dos.

Será el calor, será el equinocio de verano, será la edad...
...pero en fin otra my mineada mía más




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