lunes, 6 de abril de 2020

Cotidianeidades del día a día


Un día, hace ya años, fue una cosa excepcional lo que me pasó en mi vida.
Lo que pasó, sucedió un día normal en el que una cosa que, cotidianamente, hacíamos en aquel tiempo, llegado el caso.
Realizábamos, aquel día, un pequeño viaje en un tiempo que era tiempo de vacaciones.
Un viaje, algo excepcional sin duda.

En aquella ocasión, mi madre se molestó mucho por la tardanza de un camarero en atendernos y, mucho más, en servirnos.
Tan molesta estaba mi madre que hasta pensó en marcharse y que nos marchásemos todos con ella.
Quería proseguir el viaje.
No sé qué fue lo que la hizo desistir.

Una pareja que estaba a nuestro lado y que llegó después, si fue atendida antes.
Esa pareja se marchó, acabado el servicio, evidentemente, antes que nosotros.
Esa misma pareja, después la vimos accidentada en la carretera.

Mi madre pensó que algo hizo que todo fuese de la manera en que todo sucedió.
Mi madre, lógicamente, se vio apenada y mucho por la pareja.
Mi madre, lógicamente, se vio aliviada y mucho porque pensó que podríamos haber sido nosotros y no aquella pareja los accidentados.

Así es que entonces…


Un día sales de tu casa y vas en piloto automático.
O por el contrario.
Un día sales de tu casa y no vas en piloto automático.

Puede entonces pasar que.
Un día sales de tu casa y vas en piloto automático y puede pasar que vayas a donde habías querido ir sin pensar en nada y haciendo lo que siempre haces de manera automática.
Un día sales de tu casa y vas en piloto automático y te das cuenta que tu piloto automático, por alguna razón que desconoces, crees que debe de haber fallado ya que, de repente, te das cuenta que no estás donde pensabas que debías estar.

En este segundo caso puede ser que pasen dos cosas.
Que no pase nada.
O por el contrario.
Que te pase algo que, puedes pensar que sea curioso o causal que te haya pasado, y que puede tener la trascendencia que tu les des o sientas.

Un día sales de casa y no sabes, ya que no tienes una ida fija, si salir hacia la derecha o hacia la izquierda y ahí pasan varias cosas con dos opciones.
Una.
Nunca sabrás que habría pasado si hubieses ido por la dirección por la que al final no fuiste.
Dos.
Por la dirección por la que has decidido ir puede ser que no pase nada o que pase algo que puedes pensar curioso o causal, si es que te ha pasado, y que puede tener la trascendencia que tú les des o sientas.

En esta segunda opción, pueden pasar dos cosas.
Que no fuiste por donde decidiste no ir.
Bien porque tenías que vivir lo que has vivido.
Bien porque no fuiste por donde decidiste no ir, porque no tenías que vivir lo que habrías vivido de haber ido por allí.

Un día sales de tu casa y vayas o no vas en piloto automático, y te puede pasar exactamente todo lo que he descrito hasta ahora solo que de manera más consciente de lo que está pasando y totalmente inconsciente de lo que no te ha pasado ni te pasará nunca.

Pensado y dicho así pueden pasar varias cosas.
Una.
Que quien lea todo esto que he escrito esté de acuerdo conmigo, lo entienda o lo haya experimentado.
Dos.
Sencillamente  quien lea todo esto que he escrito piense que me devaneo muchos los sesos.

Y seguramente las dos cosas sean verdad.

Sin embargo, como a mí me gusta reflexionar, estoy menos de acuerdo con la segunda posibilidad ya que he querido explicar todo este concepto en este parafraseo para decir que, todo esto puede y puede no pasar.

Puede pasar para tu bien.
Puede pasar para algo que no está bien para ti. 
Sencillamente porque no te corresponde.

Te pasa para bien si estás conectado con tu verdadero ser interior y es entonces la intuición que te lleva siempre de la mano, solo que a veces lo sientes más que otras.

Te pasa para menos bien si no estás conectado con tu verdadero ser interior y es entonces que unos hilos, a modo de marioneta te llevan sin saber quién lleva de los hilos.

Lo más sabio es siempre tratar, en cualquier situación, de estar siempre en contacto con el verdadero ser interior y es muy sencillo.
Tener, sostener y nutrir el mayor tiempo posible el mejor pensamiento posible sobre todas las cosas, incluido uno mismo.

Cualquiera de las situaciones descritas en mi parafraseo anterior son edificadoras de un futuro ya creado al que, vamos a él para vivirlo como responsables y creadores del mismo.

Todo se pasa siempre en un momento presente que es, paradoja del tiempo, pasado y futuro casi instantáneamente.

Porqué se pasan como se pasan las cosas.
Quizás no lo sabemos, sencillamente pasan.
Lo más hermoso es ese espectro de posibilidad que nos da la certeza de sentir que podemos hacer algo para que las cosas no pasen como se pasan.

Quizás ahí radica la magia de que un día cuando sales de tu casa y vas en piloto automático o no, que vayas para la derecha y no para la izquierda o viceversa o, sencillamente, puedes no salir de casa.

Y pensar que todo funciona así es un buen pensamiento que ayuda a que eso sea así.

También pasa que las cosas, sean las cosas que se pasen, deben pasar como se pasan.
Y cualquiera de las dos cosas están bien y son posibles.
Y seguir pensando, y sobre todo sintiendo, que está bien es, a mi modo de entender, el nutrir,
Y todo esto es válido tanto si lo que te pasa o no te pasa te gusta o no te gusta.
Todo, pase lo que pase, está y debe estar, aunque no lo esté, para nuestro bien.
Así trabaja el Universo, siempre en clave de evolución y de desarrollo, o sea de bien.

Expresándolo más sintética y sencillamente…
…VIVIR LA VIDA¡¡¡
Ya que si estás realmente conectado contigo todo está bien.


El amor es la fuerza que mueve las estrellas y los demás planetas…”.

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