lunes, 4 de mayo de 2020

Será esto haber vendido el alma al...


Esta situación de pandemia nos ha hecho, mejor dicho, nos debería haber hecho tomar conciencia de varias cosas.
Esta situación de pandemia nos ha hecho, mejor dicho, nos debería haber hecho reflexionar sobre varios aspectos.
Pero, sin embargo, si bien lo ha hecho a niveles individuales y de algunos colectivos, mucho me temo que no lo haya hecho a gran escala.

Antes de desarrollar esto, te invito a ver este vídeo dividido en dos partes:



Y ahora veamos algunos aspectos que este virus nos ha mostrado:

El primero y más desgarrador aspecto.
Los más vulnerables, los ancianos, son los que han tenido que pagar mayoritariamente este desaguisado, siendo, además, su sacrificio, una inmolación evitable, pero, desgraciadamente me temo, que además de un sinsentido no lo suficientemente impactante para evitarla, tanto mientras se producía, ni como para evitarla en un futuro probable.

Segundo aspecto, somos una sociedad a la que esta situación nos ha pillado totalmente, como se dice coloquialmente en castellano, “en bragas”.
Es ahora que nos damos cuenta que no invertir el dinero en sanidad, en investigación ha sido fatal y que tanta inversión en armamento y en cosas fútiles no son ni han sido de ayuda.

El confinamiento nos muestra que estábamos más desconectados de nosotros y de los nuestros de lo que imaginábamos y que esa falta de conexión, sobre todo con nuestro verdadero interior ha hecho más difícil y dura esta situación y de la que, como chistosamente he escuchado decir, va a provocar más divorcios que nacimientos.

De este tercer aspecto viene el hecho de que se tiene miedo.
Miedo es lo opuesto al amor.
Se tiene miedo a todo y a todos.

Y de este tercer y cuarto aspectos viene el quinto aspecto.
Nadie se confía de nadie.

Es de este último aspecto que quiero poner un ejemplo.
Se habla mucho en círculos conspiranoicos, y en círculos que no lo son, de dos personajes a los que se les vincula en esta situación.
Uno de estos personajes es Bill Gates, el otro personaje es George Soros.

Quiero centrarme en el segundo George Soros.


El otro día en un programa de entrevistas a la pregunta de los internautas a un geo estratega de fama mundial se le preguntó acerca de este personaje.
Se quería saber su opinión acerca de su probable implicación en esta situación actual, si forma parte de ese gobierno en la sombra que maneja los hilos para establecer ese futuro que los conspiranoicos explican.

En palabras textuales dijo que si se atrevía igual algún día hablaría de él, añadiendo después que su poder era muy, pero que muy alargado, con un poder de acción muy, pero que muy extenso en base al poder que tiene acumulado.

Unos datos sobre todo esto en este enlace:

https://youtu.be/Za9p-xx-YX8

La verdad es que el personaje es impresionante.
De entrada, atesora una fortuna estimada de 8,3 Billones de euros.
Seguramente cada vez que se lea este escrito, su fortuna irá aumentando.

Me decía un buen amigo mío, que en su despacho terapéutico habían ido a pasar consulta personajes que pertenecen a ese “Club de poderosos”.

Me decía que en realidad, la única finalidad de estos personajes es la de amasar dinero.
Es cierto que el dinero da poder y es también cierto que el poder tiene una gran erótica porque permite poder acceder a conseguir los deseos.
Pienso que tanto Bill Gates así como George Soros, y como tantos otros como ellos, es lo único que buscan.

Pero esa forma de atesorar puede llevar aparejado un efecto colateral.
El efecto colateral es el del aislamiento ya que, jamás somos ni seremos entidades individuales, sino que formamos parte y somos parte de un conjunto.
Su ambición llega a ser su única compañía.

El estado al que los lleva esa ambición no permite establecer nexos de comunión, o, en todo caso, están basados en el: "me sirve o no a mis intereses y he de defender, al precio que sea lo mío".

Antes era válido aquello de:
Tanto tienes, tanto vales”.
Ahora se añade para ellos:
Tanto produces, tanto vales”.

Pero si, estoy seguro que G. Soros busca ganar dinero, busca poder, para seguir ganando más dinero, para a su vez querer seguir teniendo más poder que le va a permitir ganar más dinero.

Pero todo ello es, desde mi punto de vista, muy triste.
Cuando le toque irse de aquí, y algún día se irá como se han ido y como nos iremos todos, no se va llevar ni un solo céntimo.

Lo que se llevará es la información en clave de conciencia y de experiencia de todo lo que hizo para conseguir, ya que nos centramos en el dinero, toda la inmensa fortuna que ha amasado. 
Pero, de la fortuna, no se va a llevar ni un céntimo.
Además, es como el agricultor, me explico.
Si planta una semilla, el agricultor recolecta el fruto de esa semilla.


Con nuestra vida pasa lo mismo solo que en clave de futuro.
Todo el futuro que se haya potencialmente creado con la acción y con el pensamiento de acción, se está, se quiera o no se quiera, obligado a vivirlo.

Por ejemplo y con ello me explico.
La persona que por conciencia o por lo que sea trabaja por un mundo ecológicamente sostenible está creando ese futuro en el que vivirá en un mundo en el que ese mundo ecológicamente sostenible existe.

Si, por el contrario, una persona, en base a sus programas de vida y de pensamiento, vive sin importarle para nada la naturaleza, es más destruyéndola o dañándola, lo quiera o no, estará obligado a vivir en un futuro, un presente que manifieste esa realidad futura donde la naturaleza está degradada de la forma en la que él ayudó a que estuviese así.

No es más que la aplicación de una ley que escapa a nuestra voluntad.
Es así, lo queramos o no ya que somos responsables de lo que creamos.
Eso es aplicable a cualquier futuro que elaboremos, sea éste el que sea que sea.

Entonces, si es cierto que el Sr. Soros o quien sea es responsable del futuro de tristeza, angustia, dolor, muerte que ha generado para millones de personas, es la ley que lo viva.

Yo tengo una teoría o visión personal de lo que ocurre.
Me explico.
El ser humano es un creador en potencia.
Creamos a nivel individual y creamos a nivel colectivo.
Y qué creamos, creamos el futuro.

Un ejemplo.

En una ocasión, y es un hecho real, un hombre iba en su moto.
La carretera era una de las que hay en el centro de España.
Decenas de km en línea recta en una zona deshabitada, muy poca circulación o nula circulación en ambos sentidos de la marcha.
A lo lejos, en la mitad de uno de los sentidos de la marcha, una piedra de mediana dimensión.
A medida que se acercaba al obstáculo el motorista solo alimentaba un pensamiento y una emoción, el miedo y la angustia de caerse, repetido como un mantra: “ay que me la pego, ay que me la pego, ay que me la voy a pegar…”.
El resultado, y eso que lo más fácil era esquivar el obstáculo y lo más difícil topárselo, fue el del accidente.


Entonces y basado en este ejemplo que, de ejemplos como este debe de haber miles, es que pienso lo que pienso lo siguiente y que es.
Los poderosos, llamesen Soros, Gates o como quiera que se llamen solo buscan poder y dinero, dinero y poder y controlarlo todo para que puedan seguir teniendo dinero y poder, poder y dinero.

Es muy probable que esas estrategias que piensan y quisieran ejecutar sea fruto de su deseo de conseguir poder y dinero, dinero y poder o sean alimentadas desde niveles más sutiles y/o de otros planos donde se mueven otras fuerzas y otras energías.
Y es muy probable, yo estoy seguro en cambio, de que esa voluntad hace que se crean las sincronías para que sus planes puedan llevarse a cabo.
Es así que se pueden producir situaciones que propician esos programas y esas estrategias.

Soy de los que piensan que existe también el polo opuesto o contrario, es decir, hay quien, hay quienes piensan en mejores futuros, imaginan mejores realidades para si mismos y para todos.
Estos sostienen el mundo, porque sosteniéndolo, garantizan la posibilidad posible de ese mejor futuro.

Decía al principio, desde mi visión filosófica de la ilusión de esto que llamamos realidad, que el ansia de poder y de dinero lleva aparejado el alto precio de la soledad y del aislamiento ya que la desconfianza de todo y de todo es una de las claves para mantener ese poder y ese dinero.

Señor Soros, señor Gates cuandose tengan que ir de este planeta, y antes o después hay que irse, no se va a llevar, como no se lleva nadie, nada, absolutamente  nada de lo que aquí se atesoraba, solo nos podemos llevar la conciencia de lo que experimentamos para conseguir todo lo que hayamos realizado, ya sea una vida que ha permitido amasar una fortuna de 8 Billones de dólares como solo nos podemos llevar la conciencia de lo que experimentamos para conseguir vivir una sencilla vida de operario de una de las empresas que le ha permitido a usted amasar esa fortuna.


Pero, en fin, como suelo repetir estas son solo My Minds mías en tiempos de pandemia y de ya, casi fin, de confinamiento.




1 comentario:

  1. Aaayyyy ... Hermano almamigo ... Angustias ancestrales y repetidas que no cesan ni cesarán. El "deber-ser"... Quién somos y para dónde vamos, y cuál es el camino más conveniente, y que es bueno y malo, es un tema en el que nuestra unidualidad no se puede poner de acuerdo en un todo. Eso es en lo que no somos unánimes, pero nos hace únicos, como el instinto de ser unos en la manada confrontandola y sosteniendo nuestra individualidad. Coyunturalmente tenemos que ponernos de acuerdo en algunas cosas cosméticas en el concierto de la gregariedad, pero individualmente somos seres muy diversos en evolución de nuestras conciencias y es muy difícil unificar un solo camino. Así el juego de la vida es muy dispar porque como en el fútbol todos los jugadores de un equipo no son iguales técnicamente y se enfrentan para sacar ventaja unos de otros importando sólo el resultado del grupo para favorecer a los individuos. Otro sería el escenario donde jugáramos todos por iguales, nunca habría ganadores, ni perdedores: sólo empates; no o habría juego. La confrontación es parte de nuestra dualidad y es la que permite avanzar; en la igualdad las diferencias son las que nos hacen únicos y viables; somos parecidos pero no somos iguales ... Cada uno tiene un camino respetablemente muy distinto, al que sólo podemos acompañar y no imponerle nada...

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