Es cuestión de velocidad.
Pensamos más rápido que hablamos.
Hablamos más rápido de lo que escribimos pero más lento de
lo que pensamos.
Escribimos más lento de lo que hablamos y de lo que pensamos.
Y muchas veces cuando escribo en este blog no acierto a
escribir todo lo que pienso porque escribo más lento de lo que pienso y muchas veces me digo ojalá pudiera lo que escribo hablarlo de viva voz para expresar todo lo que pienso.
La transmisión oral siempre ha sido importante y es en lo
que está basada la trasmisión de conocimientos desde la remota antigüedad.
Cuando hay una transmisión oral se producen varios misterios
mágicos.
Hay un contacto visual, hay un intercambio de energía
magnética entre quienes hablan.
Cuando hablamos, al igual que se produce en el mecanismo del
contagio por respiración, emitimos por la boca en cada respiración células que
contienen información y esas células, al igual que en el caso del contagio,
entran en la persona que escucha.
Es el mecanismo del que nos ha dotado la mente que instruye el universo para que nos reconozcamos puesto que esa información genética hace que haga mío lo que es del otro y viceversa.
Es el mecanismo del que nos ha dotado la mente que instruye el universo para que nos reconozcamos puesto que esa información genética hace que haga mío lo que es del otro y viceversa.
Hace tiempo que empecé a escribir en este mi blog como
ejercicio personal.
Muchas veces me entretengo viendo la posibilidad que me da
este blog de ver desde dónde me leen y me ha sorprendido ver que lo han hecho desde muchos lugares de todo el planeta.
Un sueño y que es un anhelo para mi es poder algún día poder desplazarme a esos lugares de en
dónde me leen y poder hacer una transmisión oral de lo que escribo y hablar de lo que escribo y de lo que pienso.
De momento es un sueño, y los sueños son como las estrellas
te guían.
En todo caso quería darte las gracias por leerme.
No hay comentarios:
Publicar un comentario