lunes, 21 de noviembre de 2011

Primera persona del singular vs primera persona del plural

Hace poco que he venido de un congreso en Tenerife.
Un congreso en el que además de ponente, junto con Luis un amigo y mi compañera de vida, era también organizador al igual que ellos dos.
El congreso se llamaba:


El congreso fue una experiencia maravillosa.
El congreso fue una experiencia maravillosa por lo asistentes: entusiastas, participativos, alegres, interesados
El congreso fue una experiencia maravillosa por los ponentes, buenos en sus materias, entregados
El congreso fue una experiencia maravillosa por el lugar, Tenerife, una Isla maravillosa, de una energía suave, poderosa y penetrante.

Pero aprendí algo importante. 
Uno de entre los ponentes en petit comité me dijo:
"Marcos, estos congresos están bien, sin embargo en lugar de potenciar el desarrollo del nosotros desde un todo, incluido al mosquito que nos acompaña, se potencia el yo individual por encima de todo, es como quedarse a medio camino".

Ilustró con una anécdota lo que quería transmitir me dijo: 
"Vino a mi consulta una chica y me contó que estando en meditación vio venir a un Maestro que le preguntó: 
¿Para que meditas?" 
 Ella le respondió. 
"Para ser mejor persona". 
El ser le dijo:
"¿Bien, bien eso está bien¡". 
Y como de arrebato ella le preguntó a su vez: 
Y tú, ¿para qué meditas?".
Solemne le respondió: 
"Para tratar de detener un terremoto que va a producirse"
Es de eso Marcos de lo que hablo".

...Y fue de esto con lo que empezó ha hablar de su ponencia, de que pasemos del sentirme bien individual a trabajar para sentirnos todos bien al mismo tiempo.

Solo en petit comité me continuo explicando que hay seres, para nosotros de ciencia-ficción, que cuando duermen, lo hacen erguidos y que se recuestan en las paredes de cuevas de tal manera que se funden con el propio planeta. Así de esta manera el planeta adquiere alma y se nutre de sus pensamientos y a su vez ellos, se recargan de vitalidad, de que son seres que llegan a vivir miles de años de nuestro tiempo y que nunca enferman.

Y escuchándole recordé lo que escuché decir a Nassim Haramehim, recuerdo haberle escuchado decir que era bueno de que meditásemos de que haciéndolo ayudábamos al planeta. Exhortaba a meditar 5 ó 10 minutos por día, y decía por el planeta, no por nosotros.

En su día en este blog expuse, lo que en un vericueto del lenguaje para mi era también meditar, expliqué que era como estar en medio de entre el Cielo y La Tierra.
Ahora sé también que cuando meditamos dotamos al planeta de alma y se produce una mágica interconexión entre ambos.

Escuchando lo que uno de entre los ponentes en petit comité nos decía a mi compañera de vida y a mí, me vino al recuerdo lo que decían aquellos a los que se les ha llamado salvajes, nos hablaban y hablan del hermano viento, del hermano río, de la madre tierra...

...y reflexionaba también de que el verbo se empieza conjugando en primera persona del singular al principio pero que luego, como a modo de evolución natural, se continua conjugando en primera persona del plural y eso es también evolución.



Sí esto también aprendí en un congreso que resultó ser, también por esto, un maravilloso congreso.

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