lunes, 15 de agosto de 2016

Yo también lo quise, yo también lo hice…


Hablando con un muy buen amigo mío, amigo mio de esta y de otras vidas, amigo de aventuras y de sueños, de utopías y de cruzadas me decía:

Marcos, nos hemos equivocado.¡
Marcos nos hemos estado equivocando…  
Hemos seguido un modelo erróneo, un modelo que alimentaba nuestro ego, nuestro deseo de sobresalir de entre la multitud.
Un modelo que se identifica más con Superman, con el Llanero Solitario, con el Héroe que no con el hombre sencillo.
Queríamos salvar al mundo y en esa empresa hemos dejado familias, amigos, afectos.
Mira dónde estamos ahora y mira cómo estamos ahora.
No, esa no era la forma….

Lo entendí enseguida y estuve de acuerdo.

Me quiero explicar.

Cuando se conoce algo y que para uno mismo es liberador lo primero que se quiere es compartirlo buscando conseguir el mismo efecto en los demás. 

Cada uno a su forma, cada uno con su fuerza, cada uno con su entendimiento.

Desde hace ya mucho tiempo veo muchas personas que cuando expresan sus más íntimos deseos éstos son los de divulgar, son los de enseñar a los demás.


Pero quiero ser honesto conmigo mismo y quiero tratar de ser lo más honesto posible.

¿Es esto equivocado?

Sinceramente creo que no en la inmensa mayoría de los casos.
Y no lo considero equivocado porque nace de un deseo íntimo de hacer algo útil, de hacer algo que sea de válida ayuda en esta etapa de confusión, en este tiempo de caos, de oscuridad; y eso está bien, eso está muy bien.

Lo que quiero expresar es que cuando un valor se tiene desarrollado en un gran potencial, y este potencial forma parte de nuestra íntima naturaleza, de nuestro íntimo ser, ese valor forma parte de nuestra energía, ese valor se expresa prácticamente sin desearlo por sí mismo.

Si se tiene la paz en el interior, esa paz brota por los poros. Se irradia la paz en cualquier circunstancia.
Si se tiene la claridad para enfocar situaciones y ver las conexiones coherentes o incoherentes de las mimas, esa claridad brota en cada palabra, en cada acción, en cada pensamiento que se tiene, que se expresa, que se hace.

No es por tanto para nada necesario expresar, gritar, querer hacer ver que uno tiene paz, o que uno tiene respuestas de ayuda. 
No, no hace falta…, ya son los demás quienes por si mismos se darán cuenta de  ello.
Ya serán los demás  quienes vendrán en demanda de lo que desean si es que les falta, si es que sienten que se les puede proporcionar.
Ya serán ellos a demandar.


Como decía he visto a muchas personas, y reconozco que yo también lo quise ser, querer ser abanderados o portaestandartes de reglas de vida, de ser portadores de conceptos sanadores.

Hoy lo veo diferente, hoy siento que ese/esos valores los debo hacer germinar en mí, el resto vendrá, si viene, por sí solo.

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