lunes, 8 de septiembre de 2014

My minds sueltas



Si yo vivo en el mundo y lo que vivo en el a través de las experiencias me permite tomar conciencia de mí mismo pensar pues que el Universo, del que yo simplemente soy una reproducción holística en miniatura suceda algo parecido puede ser algo coherente y consustancial.

Creo sinceramente que es así pues.

También el Universo, al igual que yo, está tomando conciencia de sí mismo.


Los movimientos de expansión y contracción equivalentes a la sístole y a la diástole del corazón quizás reproducen a escala mayor los valores de la conciencia, es decir expansión y contracción, creando así al mismo tiempo una paradoja.

Paradoja entendida como que cuando adquiero conciencia me siento expandir y cuanta más conciencia adquiero más me siento una única y pequeña cosa con mi centro.
Son los dos opuestos perfectamente armonizados.

Una de las preguntas que se suele poner el hombre cuando piensa en cuántos seres humanos somos en el planeta, es decir cuando nos cuestionamos cuántos somos pensando en términos de reencarnación es el de si somos un número finito de almas viviendo o habiendo vivido esta experiencia de conciencia.

Yo, como cualquier ser humano también me he hecho este cuestionamiento.

No tengo la respuesta, pero la respuesta que me he dado a mí mismo es que la cuestión la observamos desde un enfoque que no nos permite encontrar la respuesta satisfactoria.
Es decir desde términos de unidades separadas en vez de en términos de conjunto.

Así si pensamos en el Universo en concepto de información y de conciencia, es la cantidad finita o no de seres y que es la cantidad que permite tener un número suficiente de elementos para tener el valor suficiente que le permite tomar conciencia de sí mismo.

Es como decir que se podrían contar los granos de arena de un desierto o la cantidad de gotas de agua que forman toda la masa de agua de nuestro planeta.

Es un número infinito pero tal vez finito y eso es una consecuencia directa de la ley de la paradoja que es una ley básica en el universo.

 
Si pensamos en el Universo en concepto de conciencia quizás entendamos que hay otra forma de entenderlo.

Este nuevo planteamiento nos lleva más allá de los confines y nos permite traspasar nuestro paradigma antiguo, es decir el de la separación y el individualismo y proyectarnos a uno nuevo donde no es la individualidad sino la colectividad formando una única unidad lo que realmente cuenta.


Una gota de agua no es el océano, pero el océano está en una sola gota de agua y el océano mismo está formado por incontables pero contables gotas de agua.


Retomando el concepto holográfico del Universo me dijeron el otro día y estoy totalmente de acuerdo.

Me dijeron: “Yo como universo acabo en mi piel y la piel está hecha para darme forma pero también para ser acariciada y seguramente para tocar otras pieles”.

Será entonces más cierto aquello que un piloto de caza norteamericano oyó decir por sus auriculares de manera clara y en perfecto inglés como respuesta a las preguntas que telepáticamente hacia a quien él pensaba que debía de tripular el OVNI que estaba divisando ante él:


“¿Quiénes sois de dónde venís y qué es para vosotros Dios?”

Y le respondieron:

“Os sorprendería saber que todo el Universo está plagado de vida. Venimos de un planeta que vosotros llamáis Venus y para nosotros Dios es la Mente Universal que instruye y coordina más de 150 billones de universos”.


Yo no soy yo solo, yo soy parte de la humanidad y la humanidad en una parte que está formada también por mí.

Yo no soy mi pensamiento pero todo yo soy la suma de todos ellos.
…al igual que tú.

Y al igual que nosotros hay muchos otros seres pensantes…


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