lunes, 13 de enero de 2014

De película 4


Hace poco tuve la oportunidad de reencontrarme con viejos amigos.

Cuando digo viejos amigos, digo amigos que también lo fueron en tiempos antiguos.

En tiempos antiguos en los que esos viejos amigos vestíamos otras ropas y otros ropajes, otros cuerpos y éramos otras entidades.

Nos animaba un mismo sentimiento, una misma creencia y un mismo ideal.
Digo nos animaban y digo también: nos animan y nos seguirán animando.

En esos encuentros de antaño y en estos de ahora se hablaba de eternas verdades, de cosas personales y de cosas mundanas también.


En este último encuentro un concepto expresado hizo hacerme una profunda reflexión:
¿Está todo escrito y no se puede cambiar?, ¿se puede influir en el futuro y cambiarlo desde el presente?

Según los que conocen profundamente la astrología todo lo que ha de acontecer está escrito y nada puede cambiarlo.

Según los que defendíamos la influencia del pensamiento en la determinación del futuro el axioma astrológico no puede ser tan categórico.

En argumento del primer dictamen oí decir:
Mira, si esta reunión estuviese aspectada por el tránsito de Venus habría una energía de armonía que nos envolvería y nos subyugaría y todo transcurriría en armonía placentera, pero si esta misma reunión estuviese aspectada por el tránsito de Marte la energía predominante sería la de tensión y la de contraste de fuerzas y nos sentiríamos con algo de incomodidad, la astrología es la ley”.

En argumento del segundo dictamen oí decir:
Hay personas que tienen un inside interno poderoso y resuelven el bioshock que originó una enfermedad terminal y acaban sanando espontáneamente por ejemplo de un cáncer en fase terminal que se padecia”.

Me acosté reflexionando acerca de esos polos aparentemente opuestos.


Como siempre, como casi siempre, pienso que la respuesta está en el medio.
Es como ya escribí en este mismo blog, dos aspectos enmascaran un tercer aspecto que suele ser el más importante y el resultante y el origen al mismo tiempo de los otros dos. Es como la tercera cara de una moneda, que contiene a las otras dos más visibles y las hace posibles, me refiero al canto.

Y es por ello que pensé, y sigo pensando pasados unos días, que la respuesta está en el medio.

Las cosas que han de pasar van a pasar, y nosotros podemos determinar en qué forma puede ser que pasen o cómo se pasen pero no evitar que pasen si han de pasar.

Para mí lo cierto es que venimos a este tiempo y a este espacio con un programa de vida que hemos de cumplir.
Ese programa se vive en un ilusorio futuro que ya está creado y que vamos descubriendo y edificando presente a presente.
Al mismo tiempo este presente edifica el futuro que viviremos tanto en esta como en otra existencia y que estará predefinido como presente cuando lo vivamos, si nos toca.

Pienso también que ciertas cosas no podemos evitar que pasen, sencillamente porque han de pasar.

Creo firmemente en la astrología como ciencia y empiezo a entender que los juegos y bailes de energía que se ponen de manifiesto a través de los movimientos sincrónicos de los astros y de los planetas son veraces e influyentes y que entenderlos nos ayudan a vivir más en armonía con el todo.


Si un día está aspectado por una energía, esa energía la viviremos; sencillamente el saberlo con antelación nos puede ayudar a vivirla mejor.
Es como tener predicho un temporal de nieve o un día soleado y armonizar el vivir nuestro de ese día en base a esa realidad inevitable de día de sol o de día de nieve o lluvia.

Creo también que hay un resquicio a lo imponderable que puede manifestarse y que los astrólogos lo definen como aspectos a los que no les habían prestado atención al ver la carta astral y que son los más determinantes.
No pretendo dar respuesta a la eterna pregunta de si todo debía ser así o si podíamos evitar que todo fuese como debe ser, pero me he planteado ahora lo que muchos se plantean antes o después.

Y hay una película que la revisioné justo hace poco que trata ese tema justamente.

Se titula "IF ONLY" en inglés y "UN DIA INESPERADO" en castellano.

Puede resultar que sea una acaramelada historia de amor reflejada en celuloide pero pone en la trama que vive la pareja protagonista la evidencia de una posible historia real que manifiesta este koan que me planteó el reciente encuentro con mis viejos amigos.

En la historia de la película, un sueño premonitorio anuncia un final duro. 
El intento desesperado del protagonista de cambiarlo produce que poco a poco se produzca en él un cambio de conciencia y de actitud en su día, en su vida.
El desenlace por inesperado no es menos esperado ni anunciado.

Pasó lo que debía pasar y justo eso hizo que cambiase la historia de su futuro futuro, porque él lo decidió y los eventos lo guiaron a su decisión.

Me gusta el arte del cine, cuántas verdades no ha manifestado, cuántos horizontes no ha proyectado.


Me gustan también los encuentros con mis viejos amigos, me cambian la vida, me cambian el pensamiento...

Puedo decidir no ir a su encuentro y sin embargo, algunos de ellos que son buenísimos astrólogos, me dicen que está escrito en mi carta astral que encuentros con amigos se producen, que están escritos...

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