miércoles, 26 de enero de 2011

Una experiencia personal

Hoy regresaba en el tren a casa y vi dos formas diferentes de enfocar la misma situación.
Un hombre pedía limosna y lo hacía desde la base de despertar la conmiseración en los pasajeros. Su vaso sonaba a vacio nadie prácticamente le hacía caso.
Justo unos instantes después sonaba una preciosa voz cantando una canción acompañada de una guitarra que sonaba limpia
Al acabar y esto lo hizo dos veces la chica deseo a los viajeros un buen día y más tarde buen viaje. Cuando la vi pasar a mi lado, el mismo vaso de plástico que llevaba como el del hombre sonaba que llevaba más monedas, inclusive vi a alguien darle monedas.
No puedo asegurar que fuese el hecho de que fuese una persona mujer y el otro hombre, una joven y el otro más marcadamente mayor, que ella luciese arreglada y el otro un poco mas abandonado la que marcase solo la diferencia. Puede ser que haya sido por eso.
También pienso que influyó mucho la actitud de ambos. La cuestión está en las diferencias que han marcado que eso sea así de diferente y ante eso no tengo la respuesta
Al bajar del tren hable con Verónica, la chica, la felicité por su canto y la di las gracias por el regalo de su voz. Me lo agradeció y me dijo que eso la consolaba. Al decirle que recaí en los buenos deseos que ofrecía, me dijo que lo hacía conscientemente era su forma de influenciar con positividad el ambiente.
Hablamos de la ley del tiempo y de los conceptos de Jean Pierre Garniel un breve instante, justo antes de que tomase su tren de regreso, .
Seguro que la volveré a ver, ya es la segunda vez que ocurre.
Hoy ellos me dieron una lección GRACIAS a los dos

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