Para
comentar un tercer aspecto que sustenta una reflexión mía, empiezo por hacer lo
mismo con dos aspectos que lo preceden y lo complementan.
Hace
tiempo hice, durante la temporada estival, trabajos de artesanía.
Era
una forma de ayudar a la economía personal.
Una
de las cosas que constaté, y como yo coincidían compañeros que hacían cosas
parecidas a las que yo hacía, es que a veces daba la sensación de que había en
el aire una especie de orden o de directriz, que hacía que todos los clientes
solicitasen el mismo modelo, de entre un extenso catálogo o la misma combinación
de colores de entre un amplio surtido, y eso pasaba más de una, más de dos y más
de muchas veces.
Se
preveía unos materiales en base a la demanda y ese día, o los días siguientes, las demandas eran de materiales de los que no había existencia. La mayoría pedía el mismo material.
Era
realmente curioso.
Reponías
los materiales que faltaban y la demanda ya nada tenía que ver con esos
materiales.
Eran
otros y eran repetitivos y numerosos.
Era
como si se siguiese, vuelvo a decir, una orden tácita que estaba en el aire.
Nunca
he sido un buen jugador de fútbol, pero he jugado y juego algo al fútbol.
Una
de las cosas que he constatado es que cuando quedamos los compañeros para jugar
es prácticamente imposible que todos nos encontremos puntualmente a la hora
acordada.
Cuando
eso me pasa, y no me pasa solo cuando quedamos para ir a jugar al fútbol, me doy
cuenta que lo mismo sucede en muchos ámbitos de la vida, no solo el fútbol.
Y lo mismo me cuentan que les ocurre a casi todas las personas con las que lo he comentado.
Y lo mismo me cuentan que les ocurre a casi todas las personas con las que lo he comentado.
Es
realmente asombroso.
Ahora
viene el tercer aspecto resultado del relato de estas dos experiencias.
Dos
relatos en el quedan reflejadas dos ideas bien definidas.
Una,
el acuerdo tácito de las personas para la elección de algo.
Dos,
la dificultad de ir todos a una, con la misma intención.
Ahora, que en este tiempo mucho se habla de la teoría de la conspiración en lo que se
refiere a los hechos y acontecimientos que en el mundo se suceden, como, por
ejemplo: Corona virus ahora, club Bidelberg, Impeachment a Trump, subida del tipo
de interés en el Banco Mundial etc., en el pasado inmediato, yo
me pregunto, ¿puede haber realmente una conspiración en lo oculto? Mmmm…
Pues
puede que sí y puede que no, al menos tal como yo lo pienso.
De
la manera como lo dan a entender quienes divulgan la idea de la conspiración
realmente me cuesta tomar por cierto esa idea tal como la expresan.
De
la manera como creo que es el ser humano, nuestra historia, la forma de ser
pues creo que es más de lo que podemos llegar a creer.
Poner
de acuerdo a un grupo de personas para mantener un silencio o para orquestar un
programa de actuación es más complejo de lo que parece a simple vista…, para
algo tan sencillo como ser puntuales para jugar un simple partido de fútbol y
más entre colegas es harto difícil, imaginemos sostener una mentira de gran
escala.
En
una ocasión un buen amigo mío me contaba que el único interés de las personas
de poder era ganar más poder y, también y casi, sobre todo, ganar más dinero.
Es
como un life motiv, y esta intención, este objetivo de vida son los que sostienen la acción y los orígenes de programas que se ejecutan y se ejercitan cada día,
al menos por la mayoría de las personas, y cuando más arriba en la pirámide social
que entre todos formamos más y más fuerte.
Esta
energía, este empeño es parecido al que yo sentía, al que sentíamos mis
compañeros de trabajo estival al que hacía mención justo al principio.
Y es este “algo” que no sé bien cómo definir, es el que hace que esos programas, que parecen un complot en la sombra, vayan perfectamente engranados, perfectamente secuenciados.
Y es este “algo” que no sé bien cómo definir, es el que hace que esos programas, que parecen un complot en la sombra, vayan perfectamente engranados, perfectamente secuenciados.
Decía
un parte de un texto de una canción:
“Nuestra sociedad es un buen proyecto para el
mal…”,
Y
a ello yo añado que lo visible, al ser un reflejo de lo invisible, y por
invisible entiendo la base real de la intención, de los pensamientos, es casi
una consecuencia lógica de que todo vaya como va y como se prevé que vaya a ir.
Al
no haber una exposición clara de las intenciones, al no exponer a plena luz del
sol las acciones, siempre un velo de desconfianza, de explicarse cada uno a su
manera lo que puede ser que pasa, quedará una sensación de misterio y, tal vez, de engaño.
Muchas
veces en pêtit-comité digo que me gustará, llegado el momento de mi gran viaje,
que alguien me expliqué realmente, entre tantas y tantas cosas:
si Juan XXIII y
Juan Pablo I fueron asesinados,
si el 11 de septiembre fue una gran mentira,
si
Marilyn Monroe fue asesinada,
si Nikita Khrushchev fue apartado del poder forzadamente,
si el corona virus realmente es el efecto de un fallo de un laboratorio de
experimentación biológica,
si es cierto que el bombardeo de noticias con el corona
virus está orquestada para infundir el miedo,
si …,
si …,
si …,
En
fin, lo dicho reflexiones o, como también suelo citarlas, My Minds mías.
Mi siempre recordado Almamigo: muy oportuna y profunda tu última reflexión en tu blog "My mind". Como siempre, activas mis "GAFAS ARQUETÍPICAS 22D" para observar e introspectar. Mi humilde opinión es que arquetípica e históricamente cuando no sabemos las causas de los efectos, los atribuimos a los "castigos de los dioses", a los "milagros", a las "conspiraciones", a las "fuerzas espirituales", y tendemos a resolver las incógnitas hasta por la "fé". Cuando vamos más allá del misterio y establecemos alguna causa de lo causado, se desvanecen muchas incógnitas. El arquetípico Diablo (15) de nuestro Tarot, portal del nivel existencial que termina en el Mundo (21), y con una figura diabólica apostada encima de una base donde dos personajes están encadenados a ellos mismos, nos enseña que no estamos ligados a ningún Diablo exterior, que podemos liberarnos de nuestras cadenas cuando a bien tengamos, que debemos asumir responsabilidad por nosotros mismos, más allá de las incursiones de otros en nuestra existencia. Ese Diablo solo se ríe de nuestras ataduras propias y de que solo viene a iluminar nuestra inconciencia como un Lucifer (Ángel de Luz) necesario para liberarnos de nuestros propios yugos, convicciones, creencias y preparar el camino hacia la Torre (16). Gracias por compartir tus sentires con tantos; la alegría compartida es doble alegría, el dolor compartido es medio dolor. Almabrazote …
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