Creo que lo creamos y creo que debemos crearlo.

En el año 1898 Morgan Robertson escribió una novela, el título “Futility, or the Wreck of the Titan”, en castellano “Futilidad o el hundimiento del Titán”.

La corta novela, escrita 14 años antes del hundimiento del Titanic se la puede considerar la anticipación, casi precisa de la trágica experiencia por todos conocida del famoso hundimiento.

Tipo de barco, tipo de accidente, origen del viaje, etc…

Todo, absolutamente casi todo el escrito novelado, resultó ser una profecía milimétrica.

El hecho impresiona, como impresiona así mismo ver que este mismo hecho se ha repetido y se sigue repitiendo.

Novelas, escritos, películas parecen ser ensayos de una realidad que después se manifiesta de manera prácticamente idéntica.

Un ejemplo, tristemente real, es la película “Contagio” del 2011.

Film donde la ficción de la película casi clava la realidad de cuanto ahora está sucediendo en este tiempo de pandemia mundial con el Corona Virus - COVID-19.

Pero, vamos por partes.

Porqué suceden estos hechos, me refiero concretamente a la preVISIÓN de acontecimientos.

Puede surgir la duda de, ¿se anticipan porque van a pasar o pasan porque se han preverbalizado?

Como no lo podemos saber expongo una teoría de razonamiento.

Si yo planto una semilla de una planta, en mi mente ya tengo la idea aproximada de cómo será el fruto cuando la semilla haya germinado.

De alguna manera mi mente, capaz de visualizar o anticipar un futuro, ya tiene un potencial de energía creado con la visualización de ese futuro fruto germinado en el tiempo futuro.

Entonces tengo que, en el presente, puedo de alguna manera potenciar algo que no existe aún manifestado.

Y eso puedo hacerlo en base al conocimiento de un pasado que sustenta la base en la que apoyo mi visión del futuro.

Mis antepasados ya plantaron una semilla, ya sé por consiguiente el fruto que esa semilla da.

La capacidad de investigación y de cuestionamiento hace anticipar, de la misma manera, posibles futuros.

Por ejemplo, si mezclo dos componentes puedo anticipar en hipótesis el resultado.

Inaginar de esa manera un futuro posible.

Con esta opción abro, con igual potencial energético un futuro probablemente conocido o probablemente manifestado.

Desde esta misma base de reflexión sitúo y observo los dos elementos origen de mi reflexión, la del libro “Futility, or the Wreck of the Titan” y la de la película “Contagio”.

Puedo entonces pensar que el futuro, antes de manifestarse puede ser conocido, puede ser visualizado.

Entonces, si tenemos esta capacidad, ¿por qué será que la tenemos?, ¿qué sentido tiene anticipar un futuro?

Como no sabemos con total certeza si: “algo veo porque va a pasar o pasa porque lo he visto” lo más sensato, al menos para mí, es que se puede ver el futuro para poder interferir en él y cambiarlo.

Recuerdo que cuando era pequeño mis padres me decían y yo como padre también he dicho algunas veces: “No hagas eso que te puedes...”

Anticipaban un futuro que, a veces evitaban y a veces, por cabezonería, se cumplía.

Para todos los casos es lo mismo.

En este presente hay un nuevo valor añadido que quiero comentar desde mi humilde punto de vista.

Es el de nuestro potencial de Dioses en potencia.

Como explica muy bien la física cuántica, allí donde ponemos nuestra atención   -“los chamanes lo definían por “Intento”-    es donde fijamos nuestra energía.

Ante los acontecimientos que se están sucediendo y, como ya he expuesto en mis My Mind de este mismo blog, muchas realidades potenciales están gravitando en la atención y en el pensamiento de los seres humanos.

Pensamientos y atención en ambos polos de la realidad.

Hace poco tiempo un muy buen amigo mío, también él amigo del hombre, divulgaba un vídeo en el que, desde su visión de astrólogo avanzado, preveía sucesos que, sin saber exactamente la causa, darían los efectos que estamos y que vamos a vivir.

Desde mi punto de vista la veracidad de la astrología, que no pongo para nada en tela de cuestionamiento, tiene la virtud de ayudarte a prepararte lo mejor posible para vivir lo que se debe vivir, siempre por razones que aún no conocemos en su totalidad.

Es algo así como que sabiendo que va a llover, lleves contigo el paraguas.

En su locución hace mención a los vigilantes de los sellos que sellan puertas por donde fluyen energías cósmicas de información… muy interesante el vídeo, te invito a verlo.

Aquí el enlace: 

https://www.youtube.com/watch?v=alT5bv0MJMM&t=196s                          

Y he añadido este epígrafe por el hecho de que, aunque esto que está pasando, quizás fue “visto” porque debía pasar, debemos añadir el valor, poco potenciado, de nuestra realidad de Dioses.

Recuerdo que cuando oí hablar en un reportaje de la primera explosión atómica sobre Hiroshima y Nagasaky justo en el epicentro de la explosión, quedaron totalmente indemnes de los efectos dos monjas que había en un monasterio, lo cuál dejo totalmente boquiabiertos de estupefacción a quienes estudiaron los efectos ya que aquello era imPOSIBLE.

Yo creo firmemente que en una parte de la ecuación de la realidad hay un valor que tiene que ver con nuestro intimo interior más profundo.

Hay siempre algo que interfiere en la realidad y que va en función directa con nuestra capacidad interna de deidad.

Es desde ahí donde brota la energía creante que hace, que cada uno de nosotros, individual y colectivamente creamos, modifiquemos en una parte la realidad.

Y dado que no sabemos en qué proporción tenemos el porcentaje de influencia, solo nos queda emplearla porque del resto, la vida, que es más sabia, la que decide.

Si como individuo primero y como sociedad después fijamos la idea en el pensamiento de que un complot está ejerciendo un programa de dominio es más probable que lo sea.

Si como individuo primero y como sociedad después fijamos la idea en el pensamiento de que es un tiempo de renovación y de un nuevo principio es más probable que lo sea.

En fin, tiempos difíciles, tiempos interesantes, tiempos únicos y en ellos, inmersos, nosotros.

En fin, una My Mind mía más.