La vinculación y el nexo de unión entre los simios y los hombres viene de muy lejos.
Al respecto
añado que hay varias expresiones en castellano que siempre me han hecho gracia
y me refiero explícitamente a las que tienen que ver con los primates, como por
ejemplo:
- ¡Qué
mono estás¡
- ¡Tiene
el mono¡
- ¡Se
ha puesto el mono de trabajo¡
- ¡Es
una monada¡
- ¡Aunque
la mona se vista de seda, mona es y mona se queda¡
Está claro que
el primate está muy cerca de nosotros.
Nos han acompañado y nos hemos reído con ellos...
Son personajes que se han colado en nuestra cotidianeidad y en nuestro imaginario colectivo...
Incluso hemos aprendido de ellos, y deberíamos aprender más de ellos......
En la escuela me
hablaron de Charles Darwin y de su teoría de la evolución.
Teoría que aparecía como muy
pausible aunque con un eslabón perdido.
Él aseguraba que
el hombre desciende del mono, pero no entendía dónde se hallaba ese salto
cualitativo que hizo que nos hiciese bajar del árbol y volvernos homo-sapiens.
De un contactado
de los Ángeles del ayer, Extraterrestres de hoy aprendí que la teoría de Darwin
estaba equivocada.
Supe también que
en su lecho de muerte Darwin entendió dónde estaba su error y el famoso
eslabón perdido.
En la famosa
escena de la película “2001 Odisea en el Espacio”, el
simbolismo de la raza que toca el monolito y adquiere un valor de supremacía
sobre el resto es muy, muy elocuente mostrando simbólicamente como el contacto
con algo que es perfecto eleva la conciencia y la consciencia.
Pues bien, lo
que aprendí de mi amigo el contactado a quien antes mencionaba es que la
serpiente emplumada fue, tras una manipulación genética elaborada por los
Dioses la que dio origen al soporte físico del alma y del espíritu que anida en
el hombre.
Manipulaciones
anteriores que no daban el resultado deseado en otras serpientes plateadas son
las que dieron origen a unas razas de monos, de ahí que haya tanta semejanza
entre unos y otros.
Sin embargo, también
añadió que una humanidad que invirtió su proceso de evolución a causa del
consumo de drogas llegó a inhibir y desprogramar procesos mentales y eso dio
origen a los monos que están tan cerca de nosotros.
De hecho, cuando se tiene
la abstinencia de las drogas se dice comúnmente que: ”esa persona tiene el mono¡”.
Y se dice eso por el comportamiento y por los ademanes que se tienen y se manifiestan en el momento de la abstinencia forzada.
Y se dice eso seguramente porque en el inconsciente colectivo se guarda esa memoria.
Pero, porque
hablo de esto, me refiero a los monos:
Hablo porque el
otro día vi un excelso documental de la BBC en la TV española.
Se trataba de “DINASTÍA”,
un documental extraordinario que aconsejo ver.
Supe que se trata de una serie de documentales, pero yo solo vi ese.
En el visionado
de una hora se filma todo un proceso que duró como filmación cientos de días.
En imágenes se
narra como en la espesura de la cálida selva senegalesa, un chimpancé llamado
David, deberá enfrentarse al reto de su vida.
Como líder del grupo debe
responder a la provocación de un joven macho que quiere hacerse con el poder.
Ambos lucharán por defender su propia dinastía.
El hilo
conductor de la narración es guiado por una bióloga que conoce y conocía a los
miembros de esta manada desde hacía más de 20 años, lo cual le permitía saber
bien sus costumbres, sus hábitos, sus movimientos y así poder hacer un mejor
seguimiento para la narración visual del documental.
Hay una escena
que es desgarradora.
El mono, jefe de
la bandada, ya con una cierta edad es atacado por dos o tres monos más jóvenes
que quieren ocupar su lugar.
La pelea es atroz y a muerte.
De resultas de este
combate, el protagonista de la historia, recibe heridas gravísimas con la
perdida, inclusive de dedos de sus extremidades, mordiscos en sus orejas y
heridas profundas en el cuerpo.
Mal herido queda
y nadie de su tribu puede ayudarle, por más que lo intentan, restan con él un
tiempo hasta que deben abandonarlo.
La filmación del
documental adquiere tintes trágicos, ya que parece que se asiste impasible a la
agonía de una gran jefe patriarca y que ha sido vencido.
Solo y
abandonado a su suerte, poco a poco, recobra vitalidad y sanación de sus
heridas en un proceso lento y solitario.
Las imágenes
acompañan su periplo.
Como come de a poco para, poco a poco, recuperar fuerzas.
Como sus heridas lentamente van sanando, todo ello en un proceso que culmina
con el reintegro del monarca patriarca a su manada que había seguido su peregrinaje
en búsqueda de agua y alimento.
Nuevamente se
debe de enfrentar, no sin antes buscar alianzas entre algunos congéneres, a una
nueva lucha de poder por el poder y de la que sale, al menos en esta nueva vez
victorioso.
Lo dicho un
documental excepcional.
Documental que
al final del mismo y de la mano de sus realizadores se explora y se explica el
cómo fue realizado.
De entre ello
traigo a colación, y como motivo principal de mi escrito, las expresiones de
quienes pensaban que asistían a la muerte del monarca.
Especialmente
sentidas las declaraciones de la bióloga que conocía a los componentes de esa
manada desde hacía 20 años.
Y no, no podía
hacer nada, nadie podía hacer nada.
Solo podían ser testigos mudos e impasibles
de lo que ocurría.
Quien vea el documental,
o lo haya visto sabrá de lo que estoy hablando.
Y viendo esas imágenes
pensaba en los Dioses que manipularon a la serpiente emplumada para dar origen
a lo que Darwin llamo su eslabón perdido.
Y pensaba que al
igual que los documentalistas, Ellos, se limitan a observar sin poder intervenir,
aunque ello sea extremadamente duro.
Viendo a los
monos en la pantalla del televisor sintiéndome homo-sapiens imaginaba lo
difícil que debía de ser explicar a los monos que si bien, siguiendo la ley de
la naturaleza, no dejaba de resultarme chocante ver sus luchas de poder por el
poder.
Tras ver eso me
siento un poco mono ante los Dioses que seguramente nos ven desde sus monitores
en nuestras luchas de poder por el poder.
Tal vez sea la
evolución propia de los elementos, y en eso Darwin acertó, a llevarnos
lentamente a una manera y diferente de hacer las cosas.
Quizás la clave del
mono(que no homo)sapiens
es que mientras nos sintamos separados los unos de los otros y no como una
única familia y grupo se luchará por el poder.
Porque en esa
ilusoria separación será tomada como cierta la falsa idea de que uno es mejor
que el otro, sin tener en cuenta que todos somos un único cuerpo en el que, la
unión y acople de todos los componentes hace que la resultante sea que todos
seamos y somos uno.
Algo así como
todas las partes de mi cuerpo en las que todas trabajan armónicamente para el
bien común, o como el cardumen que forman los animales cuando están juntos
formando un único cuerpo.
Qué curioso el
documental me hizo sentir mono y Dios al mismo tiempo y es que, sin duda soy
también las dos cosas.