Hace
tiempo publiqué este escrito en este blog:
"De cardumen, de noosfera y otras cosas"
En el mismo ahondaba en el concepto de unión en la masa.
Hoy
quiero retomarlo y profundizar un poco más.
Esa
unión, o la desunión en la unión, es inherente a la co-creación, sencillamente
por el hecho de ser y de estar.
Esto
me hace pensar en el concepto de “Egregor” que no es más que la fuerza
que se crea de unir las fuerzas, de pensamiento, de intención de un grupo.
Fuerza que se puede crear de manera consciente o inconsciente.
Una
forma inconsciente es, por ejemplo, la fuerza que se crea con la fuerza de pensamientos de los asistentes en un estadio de
fútbol o en un concierto de música pop.
Una forma consciente es, por ejemplo, la fuerza que se crea cuando un grupo se une para hacer oración, meditación o sanación.
Hay
un momento de escena muy bueno en una película muy buena que lo refleja.
La
película a la que hago referencia es “AVATAR”.
La escena a la que hago referencia es la que, en varias ocasiones se ve, al pueblo, a los pies de un árbol, todos en una misma sintonía y en un mismo intento cantan, a modo de rezo, entrando en una especie de catarsis.
Y
lo hacen para invertir la situación que les está llevando al aniquilamiento.
En
nuestra realidad siempre acaban manifestándose los verdaderos demonios o ángeles
que llevamos dentro, ángeles y demonios que se manifiestan por las acciones y/o
los pensamientos.
Lo
que emitimos atraemos, es una ley.
Por
eso es tan importante hacer que sea lo mejor de cada uno, la sintonía interna con
lo más elevado de cada uno, lo más importante.
Viendo
la realidad que me rodea, especialmente en estos tiempos convulsos de pandemia
mundial -yo añadiría casi de pre-apocalípticos- queda demostrado que si bien, somos todos
uno, cada uno, con sus unos, tira para su monte.
Ahora,
que nosotros como humanidad vivimos una situación complicada y que anuncia más
complicaciones en el futuro inmediato, pienso que esa unión es la que nos
ayudaría, como fuerza cohesiva, a ir en una misma dirección.
Toda
la vida se basa en la interacción de todos los procesos de todas las especies,
y no especies, que interactúan ya en unión.
Nosotros
los humanos, quizás desaparezcamos, justamente porque no hacemos nada de ello,
al menos en la totalidad que no en pequeños grupos.
Pienso
quizás que éstos últimos son los que ayudan a sustentar esta realidad y que,
mientras exista, da la posibilidad a una posible mejor posibilidad de futuro.
Quizás
es inevitable y debe pasar todavía un tiempo para llegar a ese nivel.
Quizás
es inevitable, que parezca inevitable lo que debería ser evitable si todos fuésemos
realmente como en Fuenteovejuna, ¡todos a una¡
La
clase política, en la actualidad, no es una fuerza de cohesión.
Han
mirado y miran principalmente otros intereses.
Sobre
ellos recaen sospechas, críticas y no generan confianza ya que sus acciones,
sus palabras, no edifican ni ayudan a edificar, sino todo lo contrario.
En
aspecto direccional no hay liderazgo.
Me
da la sensación que incluso los humanos vamos por grupos en diversas direcciones.
Ahora,
en este tiempo de pandemia, hay quien aprovecha o intenta aprovechar solo en
función de sus intereses, toda esta situación.
Hay,
mala fe en acciones, pero como también hay acciones de una bondad que
estremece.
Tiempos
curiosos, tiempos definitivos, tiempos únicos.
Tiempos
de desorden en el que hemos de activar nuestro discernimiento confiando en
nuestras intuiciones.
Pensando
por nosotros mismos.
Pensando
e imaginando que esa individualidad, se une a la verdadera y mas bella
intención de la individualidad de cada una para que ese entretejido creado
entre todos pueda crear la mejor posibilidad posible.
Algo
así como la imagen de la película Avatar.
En fin, My Minds mías ya que solo puedo crear con mi pensamiento.
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