CAPITULO IV
Ioannēs
Retornar al encuentro con Jared se había
convertido en una adición. Cada mañana nos levantábamos con la necesidad de
escuchar la sabiduría de aquel venerable anciano.
Jared se levantaba siempre una hora antes del
amanecer. Se ponía una túnica blanca y se sumergía en la pileta de agua fría
que se ubicaba en un extremo del patio interior de la casa. Se requería de una
voluntad de hierro para levantarse tan temprano e introducirse en el agua
gélida empapada del frescor de la noche. Luego secaba su cuerpo, se sentaba en
el suelo esperando la salida del Sol y con los primeros rayos recitaba en
arameo antiguo un salmo de saludo al Divino Disco Solar. Luego cubría su cabeza con un turbante blanco
y tomaba el desayuno. Esta rutina la repetía días tras día, hiciese frio,
viento o lluvia.
Jared debía purificarse para recibir a su
Señor emergiendo por el horizonte. Este rito sagrado se practicaba por los Nasurais
desde los tiempos de Egipto.
Esto es lo que nos contó Salima, que
observaba desde el interior a su padre. Le había suplicado en muchas ocasiones
que no tenía edad para realizar tal ritual, pero Jared le decía, que el día que
no pudiera saludar a su Señor, mejor estaba muerto.
- He observado a
nuestro padre toda mi vida -Nos decía Salima- pero en estos últimos años temo
por su vida. Para nuestra familia no solo es un padre, sino un Nasurai; el más
anciano de los de su clase y nosotros no solo le amamos, sino que le respetamos
y le admiramos, pues es para nosotros el modelo ético y moral a imitar.
Cuando oímos los
salmos de nuestro padre en la madrugada, sabemos que hay que levantarse para
comenzar la jornada.
El dialoga con el
Sol. Nunca me lo ha dicho, pero yo le oigo hablar con el Astro. Además, lo hace
con los ojos abiertos sin pestañear.
Jared nos estaba esperando en el patio
interior de la casa y nos brindó una sonrisa. Samantha se acercó al anciano y
le besó con suavidad.
- Buenos días padre.
- Se alegra mi corazón
con vuestra llegada. Hoy seguiremos hablando de nuestra vieja historia. Es
importante que sepáis cómo ha evolucionado el conocimiento y la manipulación
que ha habido a lo largo de la historia.
Hacia el siglo IX
antes de Cristo, los judíos tenían un solo dios Yahvé que es la forma más
correcta de nombrar a Jehová. Para el ser humano es más fácil considerar a Dios
como algo próximo a su figura y a sus maneras. Es por esto que siempre se le
representó con barba, o en posiciones de poder absoluto. La transformación se
había realizado con el pasar del tiempo sin contradicción. Akenatón
representaba a Dios en la Luz o en el Sol, los judíos lo consideraban un ser.
En Israel había
varias sectas y grupos diversos menores y una religión principal que terminó de
perfilarse hacia el siglo VII antes de Cristo con Josías, Rey que recopiló las
tradiciones en el Antiguo Testamento. Los Mandeos era los únicos que
conservaban las viejas tradiciones de Egipto, pero también ellos habían
modificado sus concepciones originales, por las influencias históricas y la
convivencia con otras sectas y naciones.
Fue
en el siglo IX que rey Acab, tomó por mujer a una cananea, Jezabel, hija de
Itobaal, rey de Sidón y esa mujer impuso al pueblo en culto a Baal y Asera.
Acab cedió ante su esposa y el pueblo comenzó a adorar a estos dioses
extranjero, pero hubo un Nasurai llamado Elijah, quien se conoce como el
profeta Elías que se negó a renunciar las viejas tradiciones y fue perseguido a
muerte por el rey.
A
Elías se le considera por la tradición un inmortal. Un profeta que realizó
grandes prodigios y que subió al cielo vivo en un carro de fuego. Por tanto, no
solo no murió, sino que retornó casi mil años después, junto con Mosés, que
tampoco murió para presentarse ante el Nazareno.
- Pero,
Jared, esta historia es un relato épico y fantasioso.
- No
querido Jared. La realidad puede ser más inverosímil que la fantasía, en este
caso. Y yo no lo puedo explicar a mi pueblo porque no me creerían.
El
Consejo de los Nueve; es decir los mal llamados dioses de Egipto, tuvieron que
programar el nacimiento de Elías para que aquel pueblo rebelde e ignorante que
había degenerado las viejas enseñanzas, recuperara sus tradiciones.
Yo
que ahora os voy a contar, por tanto, es real, pero ni vosotros mismos lo
creeríais.
Estos
seres superiores modificaron genéticamente la glándula pineal del cerebro de
Elías, en el propio vientre de su madre. Por tanto, era un profeta con dotes
especiales y cuando fue adulto realizó muchos milagros. Elías escuchaba, al
igual que lo hiciera Akenatón, a estos “dioses” y fue avisado y guiado para
salvarse de los ataques de Acab y su esposa Jezabel.
- ¿Dioses
o extraterrestres? -Preguntó Samantha.
- Buena
pregunta hija. Para este tiempo: “extraterrestres” o seres Inter dimensionales.
Para los dogmáticos y tradicionalistas de mi pueblo serían dioses o para los de
vuestra cultura; “ángeles”
- Este
es el profeta que hizo bajar fuego del cielo y quemó a los soldados que le
perseguían.
- No
Jean, estos seres celestes no queman a nadie. La realidad es más simple: Elías
tenía como compañera a Seisha, una mujer que conocía todas las plantas y
pócimas para curar. Y ella seleccionó una serie de plantas que maceradas
adecuadamente se convertían en un líquido altamente inflamable. Y usaron esa
loción para quemar a los que les perseguían. La Biblia llevó a la categoría de
milagros, acciones que hoy en día se explican en forma natural con nuestra
tecnología.
El
símbolo de Elías es un olivo, cuyo símbolo Jean lo portas desde el nacimiento
en la parte posterior de tu cuello.
En
aquellos tiempos, incluso hoy, con los conceptos fundamentalistas, los seres
humanos seguían a quien realizara más prodigios, sin reparar en la virtud de la
persona. Y el prodigio se asociaba a la deidad. Tal es así, que, Jesucristo,
por citar un ejemplo se le considera dios, entre otros supuestos milagros, por
convertir el agua en vino. ¿Vosotros podéis comprender que un verdadero ser
espiritual o un ser que viene de las estrellas se dedica a hacer vino para los
borrachos? Esos prodigios eran comunes en los magos, que por aquel entonces
salían de Alejandría.
La
plebe apedreaba sin piedad al profeta que no acertaba en sus profecías o al
charlatán que le pillaban en engaño. Precisamente, con el propio Elías ocurrió
un hecho recogido en las Biblia como milagro, cuando en realidad fue un truco
simple.
Viendo
Acab y Jezabel que no podían matar a Elías, pues quemaba a los soldados que
venían a prenderle, le retaron ante el pueblo a que demostrara que el culto a
Yavhé era mejor que el propiciado por Jezabel.
Se
trataba de levantar sendos altares con un sacrificio de un cordero en cada uno.
Luego los sacerdotes de Jezabel suplicaron a su dios que bajara fuego del cielo
para quemar el sacrificio incluso, como dice la leyenda, se automutilaron,
derramando sangre, para atraer a su dios.
Elías,
no solo estaba tranquilo y confiado, sino que para más provocación roció con
agua el sacrificio del altar. Pero nadie supo que el líquido transparente que
arrojó sobre el cordero era simplemente una solución alcohólica preparada por
Seisha, su compañera. Luego realizó una serie de movimientos alrededor del ara
y con disimulo golpeo el pedernal que estaba al pide del altar. En un segundo
se prendió fuego, admirando todo el pueblo el poder de Elías y reconocieron por
tanto a Yavhé como el verdadero dios. Pero el pueblo no perdonaba y allí mismo
degollaron a casi quinientos sacerdotes de Baal por no tener el mismo poder que
el dios de Elías.
La
Biblia es un canto a la ignorancia, a la superstición y al engaño. Pero incluso
hoy, cuando todos los milagros que se citan en la tradición religiosa de los
pueblos no son tales, pue se pueden explicar en forma sencilla con la ciencia,
los fanáticos religiosos pueden volver a convocar la guerra santa y matar en
nombre de dios a cientos o miles de personas.
Elías
tenía un discípulo llamado Eliseo. Viendo Elías que sus hermanos superiores le
iban a abducir, llevándolo en un carro de fuego….
- ¿En
un ovni?
- ¡Si
Samantha! en un carro de fuego se hubiese quemado y los bueyes no vuelan
precisamente. Si no te gusta la palabra ovni, ponle avión u otra forma similar,
de la que hoy en día ya disponemos y por tanto podemos asociarla con un
vehículo capaz de romper la gravedad.
Elías
le dijo a Eliseo, su discípulo: - ¡Pídeme lo que quieras antes de partir!
- Maestro,
quiero que al partir me des dos partes de tu espíritu.
- Mucho
me pides, pero si atrapas mi manto, te las daré.
- ¿No
entiendo Jared, como se puede entregar dos partes del espíritu?
- En
aquel tiempo, se creía, que una persona fallecida, podía venir en otro cuerpo o
compenetrar a un vivo.
- ¡Si
lo entiendo, es algo similar a otras culturas de pueblos primitivos!
- Si
Jean. Así es. Llegado el momento, mientras Elías era arrebatado al cielo,
arrojó su manto, que fue atrapado por Eliseo. Y a partir de ese momento, Eliseo
al ser compenetrado o poseído por el espíritu de Elías, comenzó a realizar
prodigios y milagros ante el pueblo, pues su maestro estaba en él.
- ¡Qué
relato más bonito!
- No
acaba aquí la historia, puesto que esos dos personajes volvieron ocho siglos
después o encarnaron en Johannes o Juan el Bautista y Jesucristo,
respectivamente. Elías volvió como Juan y Eliseo como Jesús.
- Pero
Jared, esto no creo que sea entendido por nadie.
- Mira
Jean, no solo no pueden entenderlo, sino que se sentirían agredidos por atentar
contra sus creencias y reaccionarían violentamente. Yo no puedo contar esto a
mi pueblo, pues viven en el pasado. Viven atados al prodigio y al milagro de
los seres a los que deificaron. Y en todas las culturas pasa lo mismo. En pleno
siglo XXI la fe musulmana propicia todavía guerras santas y sus sacerdotes
viven en la edad media, puesto que romper estas ataduras es para ellos
blasfemar y en algunas culturas, significa hoy en día la muerte y la
lapidación. Y te diré más, querido hijo,
te he contado parte de la realidad, puesto que lo que me han mostrado los seres
superiores de luz, ni yo mismo lo entiendo. Seguramente tu y vuestro hijo lo
desvelaréis en el futuro, cuando vuestros logros científicos puedan ser
utilizados como elemento comparativo.
- ¿Crees
ahora, querido hijo, que el símbolo que tienes en tu cuello, que representa un
olivo; ¿es decir, el signo de Elías, es por casualidad? Antes de mi partida serás bautizado en el rito
Mandeo. Serás por tanto un Nasurai o sacerdote de nuestro culto, pero no podrás
contar esas cosas a mi pueblo, pues te expulsarían. Cuando te sumerjas en el
agua, será para morir en tus creencias y comenzar a recibir las nuevas
enseñanzas, pero no de mi pueblo, que como antes te dije, sigue ciego y sordo,
sino los conocimientos de los hermanos celestes.
Enseguida vino a mi mente
las escenas de Elías metiéndose en el cuerpo de Eliseo y pensé que, de la misma
forma, yo sería el más afortunado de los mortales si a la partida de Jared, el
compenetrara mi cuerpo con su sabiduría. Jared me miró con la misma sonrisa
pícara de sus acertijos, pero no dijo nada.
- Bien
Jean, ¿seguramente conocerás la historia de Juan el Bautista?
- No Jared, yo he
estudiado el Antiguo testamento en mi tesis doctoral en el estudio del arameo,
pero seguramente el Bautista se estudia en el Nuevo Testamento.
- Busca al evangelista
Lucas hacia la mitad del capítulo uno. Y léelo en voz alta para que lo escuche
también Samantha.
-
Abrí la Tablet y busqué la referencia. El
texto hacía alusión a Zacarías, padre, de dicho personaje, que parecía ser un
sacerdote del templo de Jerusalén.
Sucedió que, mientras oficiaba delante de
Dios, en el grupo de su turno, le tocó en suerte, según el uso del servicio
sacerdotal, entrar en el Santuario del Señor para quemar el incienso.
Toda la multitud del pueblo estaba fuera en
oración, a la hora del incienso. Se le
apareció el ángel del Señor, de pie, a la derecha del altar del incienso.
Al verle Zacarías, se
sobresaltó, y el temor se apoderó de él. El ángel le dijo: "No temas,
Zacarías, porque tu petición ha sido escuchada será para ti gozo y alegría y
muchos se gozarán en su nacimiento, porque será grande ante el Señor y
convertirá al Señor su Dios a muchos de los hijos de Israel e irá delante de él
con el espíritu y el poder de Elías, para hacer volver los corazones de los
padres a los hijos y a los rebeldes a la prudencia de los justos, para preparar
al Señor un pueblo bien dispuesto.
Zacarías dijo al ángel:
"¿En qué lo conoceré? Porque yo soy viejo y mi mujer de avanzada
edad." El ángel le respondió: "Yo soy Gabriel, el que está delante de
Dios, y he sido enviado para hablarte y anunciarte esta buena noticia. Mira,
por no haber creído mis palabras, que se cumplirán a su tiempo, vas a quedar
mudo y no podrás hablar hasta el día en que sucedan estas cosas."
El pueblo estaba esperando a
Zacarías y se extrañaban de que se demorara tanto en el Santuario.
Cuando salió no podía
hablarles, y comprendieron que había tenido una visión en el Santuario
Una vez cumplidos los días
de su servicio se fue a su casa.
Días después, concibió su
mujer Isabel y estuvo durante cinco meses recluida diciendo: "Esto es lo
que ha hecho por mí el Señor en los días en que se dignó quitar mi oprobio
entre la gente."
- Ya sé
que el texto tiene poco sentido para vosotros, en mayor medida porque no sois
religiosos. Pero para mi pueblo el Bautista era el mejor de nuestros Nasurais,
el más grande de los nacidos de una madre. No podrías ser parte de nosotros sin
que conozcas a nuestro maestro.
Como
podéis ver. Zacarías fue visitado por un ser superior, quien le anunció la
llegada del Rey de Luz. Así lo llamamos nosotros. Juan era el único de nuestros
sacerdotes que había encarnado el poder del verbo. Pues cuando en el evangelio
de Juan el Evangelista se dice que “El verbo se hizo carne” aludiendo al
nazareno, en realidad ese misterio le fue robado al Bautista por los cristianos
que se lo asignaron al Cristo.
Johannes
era el maestro de la palabra. El conocía a la perfección y recitaba como nadie
nuestros setenta y dos nombres sagrados. Cuando él hablaba, compenetrado por
Atóm, el portavoz de los Nueve, temblaba la tierra. Se detenían los pájaros y
el viento paraba para que el eco de su verbo llegara al corazón de los hombres.
Él vivía en la Ley del Uno y quien vive en ley del Uno, vive en la flor, en el
pez, en el corazón de los niños y en el más recóndito rincón del universo.
Cuentan
nuestras leyendas que cuando él hablaba a las gentes en el Jordán, una extraña
nube blanca se ponía sobre su cabeza, irradiando una luz beatífica que
impregnaba a todo ser vivo. Su voz calmaba al violento, sedaba al guerrero y
daba lucidez al necio.
Fue
a la edad de veintiún años cuando alcanzó la cristificación; es decir, cuando
el espíritu de Elijah le compenetró, convirtiéndose en el más grande, pero no
por los milagros que realizara, sino por la inteligencia que vertió del cielo a
la tierra. Pues era, como antes os dije “El portador del Verbo” Y él sabía muy
bien, que ningún iniciado puede realizar milagros, puesto que esos actos atraen
a circenses y fundamentalistas. Él sabía que quien se deja adular o adorar como
un dios, rompe los sagrados votos de la Fraternidad de los Hijos del Sol,
creada por Akenatón, donde los iniciados se juramentaron para servir al
conocimiento y no a ningún ser mortal.
Fue
a esa edad que viajó a Alejandría, buscando la fuente de sus doctrinas. Allí
aprendió todo lo relacionado con la magia egipcia, pero a Juan no le gustaba la
magia, sino el conocimiento. Fue allí donde midió la distancia abismal entre el
conocimiento de los sabios de la biblioteca de Alejandría y la tremenda
ignorancia de los judíos. Y a su regreso optó por vivir en la contemplación, el
silencio y la meditación permanente para no parar el dictado sagrado que sus
hermanos superiores le brindaban de lo alto. Él como Nasurai se sumergía cada
mañana en el agua del Jordán y saludaba al Sol, escuchando su dictado en la
mente y en su corazón.
- Pero
lo que ahora os contaré, queridos hijos es un gran misterio que no podréis
revelar, pues es sabiduría del futuro, por tanto, no puedes comunicarla ahora.
Debe ser vuestro hijo quien lo comunique en su momento.
Escuchar a Jared es
transportarse a un mundo mágico. Era viajar al futuro. Romper todas las
barreras de la imaginación para rozar el disparate.
- Yo
lo vi, querido hijos… ¡Yo lo vi!
Y Jared se detuvo un momento
volteando suavemente sus ojos para mirar en el baúl del tiempo.
- Juan
nació de una madre muy mayor. De hecho, desde el punto de vista natural,
Isabel, hacía bastantes años que había perdido el periodo. Pero los sembradores
de vida del cielo pueden hacer nacer un ser en el cuerpo más estéril de
cualquier mujer. Pero nació muy débil.
Ruha,
la señora del mal, visitaba cada día la precaria vida del niño con ánimo de
matarle. De ninguna manera iba a consentir que aquel profeta iluminara la
ignorancia humana, porque Ruha y sus súbitos se alimentan del miedo, de la
ignorancia y de la superstición humana.
Los
biólogos estelares o jardineros, seguían de cerca la vida del niño. Pero no
pudieron impedir que a los dos años de edad Ruha se metiera en sus intestinos y
lo anudara con un lazo tal, que Johannes no podía recibir alimento alguno.
Estuvo a punto de morir.
Isabel
sabía que su hijo era un ser de luz y en numerosas ocasiones el niño era
compenetrado por una luz intensa que con frecuencia le elevaba varios palmos de
la cama.
Isabel
y Zacarías lloraban intensamente pidiendo a dios que su hijo no muriese. Pero
la beatífica luz retornó a su casa, con más fuerza que nunca y cegó a los
padres. Por un momento el espacio y el tiempo se pararon. Y una burbuja
envolvió al pequeño.
Los
padres no pudieron ver como el niño desaparecía por unos instantes.
Los
biólogos estelares lo llevaron a una extraña morada. Fue allí donde, célula a
célula, órgano por órgano y cabello por cabello fueron duplicadas para formar
otro cuerpo igual al del pequeño. Luego retornaron a Johannes a la estancia y
dejaron a su doble sumergido en una cubeta de líquido blanquecino.
Y
fue así que cada vez que el niño en la tierra crecía, crecía en igual medida su
clon. Y si el niño lloraba, lloraba su clon, y los sueños, las caricias y el
amor de sus padres viajaba a través de una extraña luz que unía a estos gemelos
para llegar al que moraba en el cielo.
A
los siete años, Ruha finalmente lo consiguió. Johannes, sencillamente murió. Y
de nuevo la extraña luz compenetró al pequeño creando una burbuja de espacio y
tiempo para que sus padres no vieran como el alma del niño muerto viajaba al
cuerpo de su clon. El muerto fue sacado y en su lugar fue puesto la réplica del
mismo, pero, con una mejora substancial en su intestino y como a Akenatón le
pusieron una pepita muy pequeña de un extraño metal dorado en su pineal. Los
biólogos estelares sabían desde el principio que Johannes el “Enviado” no
podría realizar su misión con su debilidad congénita y con su intestino anudado
por Ruha, que buscaba en todo momento matar al Rey de Luz.
Este
es el misterio que ni vosotros podéis entender y mucho menos mi pueblo.
- Ciertamente
Jared, lo que cuentas puede ser tomado por una locura absoluta y realmente a mí
me supera. No lo puedo concebir.
Samantha intervino también
pues estaba todavía con la boca abierta de par en par.
- Mira
Jared. Si Jean no lo entiende, que es mucho más inteligente que yo. A mí me
suena a disparate. Pero existe una inteligencia no de la mente sino del
espíritu, una mente emocional, y yo te creo. Sencillamente lo que cuentas tiene
que ser verdad y yo siento que es cierto.
- Si,
Samanta- Dije yo- Yo sé que nuestro padre dice la verdad, pero me gustaría
entenderlo.
- Es
que tu Jean no lo entenderás. Lo entenderá tu hijo. Tu solo tienes que
almacenarlo dentro de ti y será tu hijo que te lo explicará. Ahora no puedes,
pues todavía no has accedido a una ciencia comparativa que te lo explique.
- Pero
si los jardineros, como las llamas tú, o bien los biólogos que crearon a Juan ¿porque
no lo hicieron más perfecto?
- Te responderé
todavía con algo más complicado que también te lo explicará tu propio hijo.
Cuando
se crea una vida, esa vida física tiene acoplado un cuerpo de energía, que
algunos le llaman cuerpo astral. Y ese cuerpo astral no solo se forma de la
energía del padre y de la madre, sino de cada elemento vivo que existe en el
universo. Se trataba de realizar un plan perfecto acelerando la frecuencia
solar y tenía que ser en un momento preciso, en que los astros, alcanzaban unas
posiciones exactas, pero esas posiciones afectaban negativamente al nacimiento
de Juan y a los nacidos en esas fechas. Esto es lo que me han dicho los señores
de la luz, pero yo tampoco lo entiendo. Al parecer todo el universo funciona de
acuerdo a unas reglas matemáticas o estelares y nada sucede por casualidad.
Pero vuestro hijo sabrá leer en las estrellas y os lo explicará. ¡Lástima que
yo ya no estaré aquí para entenderlo!
- ¿Quieres
decirnos, querido padre, que nuestro hijo será astrofísico?
- Se
llamará Jean como su padre y además de astrofísico será algo más. Vuestro hijo
recogerá en torno a él, seres de almas nobles. Y con el renacerá de nuevo la
Fraternidad Solar, pero no será aquí ni en vuestro país, sino al otro lado del
océano. Debéis apresuraos. El mundo tal y como está ahora cambiará. Todo se
precipitará. Solo volviendo a la tierra podéis sobrevivir.
No
debes dejar aquí a tu hermano, Jean, debes llevarle contigo y a sus hijos
también.
- Pero
yo no tengo hermanos, Jared.
- Los
hermanos no solo nacen de la misma madre.
- ¿Te
refieres a Marco y su familia?
- ¿A
quién iba ser sino?
- Vuestra
empresa desaparecerá. Él ya lo sabe, aunque no ha querido preocuparte. Tendréis
que acelerar, todo se precipitará. Pero no estaréis solos. Todos velaremos por
vosotros desde las estrellas.
Aquel maravilloso anciano
tenía la manía de hacernos llorar en cada sentencia que salía por su boca. Ni
siquiera sabíamos si Samantha estaba embarazada y ya soñábamos con nuestro
hijo, no nacido.
- Así
como no existen testimonios históricos del nazareno, si los hay de Johannes. Y
son testimonios de un ser elevado que tenía en torno a él miles de seguidores.
Además, todos afirmaban en lo oculto, por temor a los espías de Herodes, el
rey, que Juan era el Mesías prometido y por tanto liberaría al pueblo del yugo
romano. Pero el Bautista era Mandeo y no podía empuñar una espada.
El
discípulo predilecto de Johannes era Simón, que fue conocido como Simón el
Mago, que alcanzó mucha fama por los prodigios que realizara. Para el
simonianismo, antigua secta gnóstica mandea, Simón el Mago era un dios en forma
humana. Simón antes de ser Nasurai se casó con una prostituta llamada Helena
por el rito egipcio de Osiris. Otro de los discípulos de Juan fue Dositéo, que
en igual manera creo una secta mandea que pervivió durante varios siglos.
Otro
de sus discípulos fue el Nazareno, o Jesús el cristo. Del que tenemos que
hablar largo y tendido. Ahora, querido Jean tenemos que pasar a la parte
práctica.
Se pasaban las horas sin
enterarnos. Llegó la hora de comer y Salima, como era habitual en ella, nos
agasajó con un festín. En la mesa se aderezaban los alimentos, con las risas y
de la familia. Los niños comían aparte.
En plena comida recibí la
llamada de Marco, pero no la atendí. Prefería hablar con él más tarde.
Después de comer Jared optó
por apurar el día y no se retiró a descansar. Llamó a su hijo y a su nieto, que
trajeron sin dilación varios bultos envueltos en sendas mantas. Primero
pusieron sobre la mesa un pequeño altar de poco más de medio metro de largo por
cuarenta centímetros de alto y otros treinta de ancho. Era una caja de madera
de cedro, conservada con un lustre de cera pulida. Parecía muy vieja, pero
estaba muy bien conservada.
Procedieron a abrirla con
mucho cuidado. Dentro había una placa de oro con setenta y dos nombres en
arameo. La placa la encajaron en la parte frontal de la caja. Sacaron a su vez
dos figuras de dos seres alados. Uno de ellos tenía cara de carnero. Eran de
oro brillante. Ambas figuras las encajaron en dos pequeñas hendiduras en la
parte superior de la caja y por último extrajeron una especie de monolito en
forma de pirámide que se puso en el centro. Era un cristal transparente, a mi
entender de cuarzo puro, pero bien podría ser de diamante por lo que brillaba.
Si era de brillante, no habría dinero en el mundo que pudiera pagarlo. En la
caja había también otra placa de plata, donde se había grabado los componentes
para elaborar la pócima que había que tomar antes de proceder al ritual.
Salima trajo dos tazas de
aquella infusión. Samantha no podía tomarla puesto que podría afectar a su
posible embarazo y Jared no quiso arriesgarse.
Yo apuré la taza, al igual
que nuestro querido padre espiritual. Casi al instante mis sentidos se
activaron de una manera extraña. Mis ojos comenzaron a ver una especie de
neblina que me impedía ver el rostro de Jared y el de Samantha. Algo comenzó a
bullir en mi cabeza y estómago comenzó a darme vueltas.
Samantha activo la grabadora
de nuestros dos teléfonos para que los sonidos no se perdieran. Y Jared comenzó
a recitar uno por uno, con un sonido suave los nombres que figuraban en la placa.
Aunque estaban escritos en arameo, el sonido que salía del anciano no era
convencional. Las consonantes, por decirlo de alguna manera próxima a nuestro
idioma eran rápidas y las bocales eran más lentas de lo normal. El arameo
procedía del alfabeto fenicio y yo lo conocía bien, pero la pronunciación era
distinta.
Luego Jared me invitó a que
repitiera después de él cada palabra. Era evidente que no conseguía
pronunciarlo como él.
- Después
de miles de veces lo conseguirás. Cada domingo deberás recitar el ritual, hasta
que quede grabado en tu alma como si fuese parte esencial de tu propia
personalidad.
¡Observa
ahora con atención!
Jared cerró sus ojos, puso
una mano sobre la figura del ángel con cara de carnero y con la otra mano
acarició por tres veces seguidas el pequeño obelisco.
Su voz se hizo más
cadenciosa hasta que la niebla que nublaba mi vista fue desapareciendo. Al
parecer la pócima está dejando de hacer efecto. En el pequeño pasillo de luz se
mostraba la pequeña pirámide transparente y de ella comenzó a emerger una luz
extraña. Parecía humo que saliese del cristal y que se movía por encima con un
ritmo armonioso.
Estaba observando el
fenómeno cuando, de una manera suave, poco a poco mi cerebro fue mostrándome la
figura de un ser alto. Yo diría que era andrógino. No podría decir si era
hombre o mujer. Su belleza transcendía el sentido estético. Aquel ser emanaba
algo sobrenatural que me hacía vibrar. La visión estaba en mi cabeza, pero doblegaba
mi voluntad. Su mirada era fulminante. No sentí ningún sonido ni pronunció
ninguna palabra, pero yo sabía que esa figura era la expresión de Atóm. El
mismo que habló a Akenatón. Y sentí en mi interior una sensación de amor
intenso.
Poco a poco la visión de mi
cabeza fue desapareciendo y la niebla se fue disipando.
- Esa
es mi televisión, querido Jean.
Samantha,
que no había visto nada. Me preguntó con un movimiento de la cabeza.
- ¿No
lo has visto tu Samantha?
- No
Jean. No he visto nada.
- Será
el efecto de la pócima, pero he visto nítidamente a Atóm o al ser que habló con
Akenatón. Es un ser indescriptible que emana sentimiento y un amor intenso.
Quizás sea los efectos del líquido que he tomado, pero te juro que lo he visto
dentro de mí.
- ¿Y
te ha dicho algo?
- No,
estaba callado.
Jared estaba sonriendo,
escuchando divertido nuestro diálogo.
- Mira
Jean, lo que has visto es una imagen almacenada en los registros del tiempo.
Cada vez que le invoques su imagen aparecerá, pero solo cuando te busque, te
hablará o te mostrará lo que desee. No podemos inclinar ni condicionar la
voluntad de los Señore de la Luz.
Hay
setenta y dos arquetipos. Tendrás que invocarles periódicamente como te he
dicho. Pero su lenguaje no será convencional, puede ser simbólico, extraño,
anárquico y aleatorio. Solo si tu espíritu esta realizado y despierto podrás
descifrar lo que quieran transmitirte. Deberás estar atento a tus sueños y a
los estímulos de los sentidos. Su lenguaje es extraño, nunca condicionante y ni
imperativo. Cada arquetipo tiene su lógica, sus características, o su personalidad
diferenciada de los otros.
Imagina
que pones alrededor del planeta setenta y dos ventanas que miran a todo el
universo. Cada ventana recoge una facultad de la Suprema Inteligencia, que a su
vez se expresa en entidades como la que has visto o seres que compenetran esa
conciencia.
- Esto
me suena a Cábala judía.
- Efectivamente
la Cábala recoge el nombre de setenta y dos genios, que los cristianos
convirtieron en arcángeles. Ambos bebieron en la misma fuente egipcia.
¿Sabes
cuantos discípulos iniciados en estos misterios tenía Johannes?
- Seguro
que setenta y dos.
- Efectivamente.
El conocía la mística egipcia. Y la cultura cabalística trata de conectar
mediante oraciones con estos genios. Pero los judíos cambiaron los nombres al
hebreo y los cristianos los renombraron en latín. Pero el alfabeto sagrado y
sus nombres originales, así como la forma de pronunciarlos solo lo sabemos los Nasurais
y ahora mismo solo yo conservo esta tradición que se ha perdido por mi pueblo.
Tu será el depositario de este último testimonio.
- ¿Y
este altar es el mismo del tiempo de Akenatón?
- No,
el original lo quemaron los seguidores de Mosés y lo enterraron. Pero los
maestros orfebres que habían salido de Egipto reprodujeron otros tantos. Y con
el tiempo se han ido perdiendo o bien si existe alguno más, su depositario no
sabe cómo usarlo.
Y
durante tres largas horas, Jared me hizo repetir todos y cada uno de los
nombres sagrados.
Si
unas semanas antes hubiese sabido lo que estaba viviendo de ninguna manera
podría haberlo aceptado. Esto rebosaba la imaginación del más crédulo. Pero yo
sentía que estaba comenzando a caminar por una senda nueva como si se tratara
de una aventura divina.
Deduje
enseguida, que Jared habría recibido toda la información que tenía de esta
forma de invocación, pero, en todo caso, parecía inverosímil. ¿Cómo es posible
que un recóndito lugar de oriente, un anciano que podría pasar desapercibido o
ignorado por propios y extraños podía albergar tanta sabiduría?
Lo que
contaba Jared superaba la ciencia ficción. ¿Cómo pudo hablarnos de
extraterrestres, de biólogos espaciales, de clonaciones y de la historia con
una lógica que, desde luego no es de este mundo?
El
resto de los días, tenía como tarea volver a repetir cientos de veces los
nombres para alcanzar la pronunciación adecuada. Además, teníamos que grabar la
personalidad y características de cada genio o Entidad de aquel rompecabezas.
Una tarea que me desbordaba, pero para mí era un reto y el misterio me atrapaba
de una manera extraordinaria.
Dejamos
a nuestra familia mandea y dirigimos nuestros pasos a la laguna verde que
rodeaba la pensión donde nos alojábamos.
Samantha
iba a traer a su madre, en los próximos días. Deseábamos que nuestras
respectivas familias se encontraran y se conocieran para ponerles al día de
nuestra locura. Salima, por otra parte, estaba preparando la ceremonia de boda
y aunque era sencilla en sí misma, el trabajo que representaba atender a los
invitados era enorme y aquella mujer no podía dejar nada al azar.
Nos
sentamos bajo un árbol en silencio, contemplando los mosquitos que picoteaban
el agua. Al cabo de unos minutos recordé la llamada de Marco y marqué su
número.
- Hola
Marco ¿Cómo va todo por ahí? ¿Tienes ya los billetes?
- Si,
todo está listo. Tu madre ya está preparada y mi familia encantada. Pero tengo
que hablarte de algo importante.
- Ya sé
lo que me vas a decir. Te han propuesto comprar la empresa.
- ¡Demonios
Jean! ¿Como lo has sabido?
- Como
dice nuestro encantador anfitrión, a través de una televisión que no es de este
mundo.
- ¡Que…!
- No
me hagas caso. Explícamelo.
- Llevamos
unos meses que las ventas han bajado en forma preocupante. No quería decirte
nada hasta ahora para no preocuparte. En todo caso, no es por falta de
productividad. Los chinos, están copando el mercado de microchip y de
componentes electrónicos, además nuestras patentes exclusivas han sido imitadas
y superadas por esta gente. No podemos competir en precios y están ahogando a
todas las empresas del ramo. Al final serán solo tres o cuatro empresas las que
ejercerán un monopolio excluyente. Y lo triste es que no podemos competir.
Además, las materias primas están copadas por ellos y no podemos abastecernos.
Estamos en un cambio de modelo que nadie puede parar.
Hemos
recibido una oferta de un grupo chino para comprar nuestra empresa. ¡Jean es el
fin! Y tengo que saber tu opinión y que debo hacer.
- No
se puede hacer nada. Es el fin. Todo cambiará y nuestras vidas también, por eso
te dije que miraras lo de Argentina. Habla con esa gente. Pero negocia con
ellos en forma irrevocable que tienen que asegurar los puestos de trabajo de
todos nuestros empleados.
- Yo
les exigí esta condición, pero se niegan. Quieren comprar nuestras patentes. La
empresa en Francia y las otras filiales las cerrarían. Pero nos han ofertado
recolocar a nuestra gente en China.
- ¿Y
es definitivo?
- Nos
podemos negar, pero en un año o quizás menos tendremos que cerrar por quiebra.
- ¿Cuánto
capital nos quedaría a nosotros?
- A ti
lo suficiente para retirarte de por vida, al resto del equipo que tiene
acciones de la empresa, tendrían que seguir trabajando.
- Bien
Marco. Tú no tienes que preocuparte. Serás mi socio en los nuevos proyectos.
Sin ti yo no puedo hacer nada. Convoca una reunión con todo el personal para
dentro de un mes. Yo les hablaré y les ofertaremos jubilaciones anticipadas y
despidos dignos. Ellos comprenderán.
- Todo
el equipo directivo sabe lo que pasa. Son gente muy preparada y saben que no se
puede hacer nada. En la empresa el clima de aceptación esta ya sembrado y están
esperando nuestros consejos. Los jóvenes se trasladarán sin dificultad a China
o donde sea necesario, los mayores tendrán que asumir lo que pasa. Te aseguro
que ellos jamás te reprocharan nada. Hemos sido siempre transparentes con
ellos.
- El
mundo de la globalización generará millones de despidos. Este es un cambio
tremendo. Y ahora mismo solo hay dos empresas en el mundo que monopolizan toda
la logística electrónica.
- Mira
Marco, el problema es aún mayor. Cuando vengas, conocerás a un sabio. Es Jared,
el último de los Mandeos. El me anticipó todo cuanto me estás diciendo. Él fue
quien me dijo que debíamos poner en marcha una industria agraria, pues en los
próximos años el que tenga un campo será el más rico del mundo. Me habló de una
forma de guerra silenciosa a través de la informática, por la cual un simple
hacker o pirata informático puede paralizar o chantajear a una nación entera.
Me dijo que se pondrán en marcha dictaduras comerciales que generarán pobreza y
millones de seres humanos pasarán hambre. Si mi padre levantara la cabeza,
sufriría de una manera extraordinaria, pues ya no se premiará a los hombres honestos,
a los sabios, sino que se rendirá culto a los nuevos millonarios que solo
tienen como mérito la habilidad de gestionar o de invertir dinero y comerciar
con influencias y chantajes comerciales. Y el me anticipó un futuro feliz para
nosotros. Necesitamos, querido Marco comenzar de nuevo. Siento de corazón no
poder ayudar más a nuestra gente.
Jared
vio mi preocupación y me dijo que no sufriera, que casi todos los empleados
nuestros serían de nuevo reclutados con las nuevas estructuras empresariales que
pondremos en marcha.
Yo
no puedo ahora ayudarte. El trabajo que tengo por delante me exige por unos
días una dedicación total. No puedo explicártelo. Necesito de ti que comiences
a mover los hilos. Yo me incorporaré después.
- No
te preocupes Jean. En unos días podremos abrazarnos. Ya estoy moviéndome. Tengo
a Lakosky y a René, camino de Sudamérica. ¡Por cierto! ¿Sabías que el más rico
del mundo, el informático Bill Gates está comprando millones de acres de
tierra? Me parece que ese hombre sabio tuyo sabe de qué habla. ¿Sabías que el
grupo petrolero americano de los Buch, está comprando los mejores acuíferos de
Sudamérica? Algo está cambiando a gran velocidad y como bien dices o nos
movemos o será el fin de muchas industrias y se generarán millones de
desocupados.
- Ok.
Te veo en unos días Marco. Cuida de mi madre.
- Descuida…
Nos quedamos mirando a las
estrellas. La mano de Samantha acariciaba con suavidad mi cabello. Yo ya no era
el mismo. Era imposible entender que había pasado en mí. Era como si una mano
invisible me guiara hacia aquella locura. Jared, me había dicho que esta vida
no era la única que había formado parte de aquella familia ancestral. Y
aseguraba que nos programamos los pasos fundamentales de nuestra existencia
antes de nacer, por tanto, estaba sencillamente cumpliendo mi programa. Pero yo
no era consciente de tal compromiso.
Durante la semana siguiente Jared
no me dio tregua. Toda la jornada la empleábamos en recitar los nombres y
aprender de memoria sus funciones. Realmente terminaba cansado, hasta el punto
de soñar con la dichosa tarea. Pero tengo que confesar que repetidamente se
asomaban a esos sueños, caras radiantes, demonios o entidades que jamás las
hubiese imaginado. Era como si cada uno de los setenta y dos me visitara
después de repetir hasta la saciedad sus nombres. Pero solo veía caras, formas
y paisajes estelares, pero sin coordinación o sentido alguno. Jared decía que
tenía que dejar tiempo. Sólo cuando el partiera se produciría el proceso
alquímico del conocimiento y el contacto con los dioses. No me dijo nada, pero
yo entendí, que, con su partida, a semejanza de Elías y Eliseo el vendría a mí
en el espíritu y eso me daría una nueva personalidad.
Yo deseaba que Jared siguiera
contándome la historia del pueblo Mandeo, pero el no quiso, al parecer quedaban
pocos días para su partida y debía dar prioridad al aprendizaje de los
rituales.
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