Cuando estudié tercero de bachillerato empecé a aprender una parte en
la materia de gramática que me sorprendió.
Se titulaba etimología y consistía en descubrir el significado de las palabras y su origen.
Quizás me viene desde entonces el gusto de jugar con las palabras y
con las expresiones gramaticales.
Un ejemplo:
Alguien sale un momento de una habitación y dice:
“Ahora vengo”.
Jajaja. No, eso no es cierto.
“Ahora se está yendo, volverá pero después de un rato”.
Otra palabra, y esto es más serio, que me impresionó aprender su
significado y etimología es la de la palabra trabajo.
Buscando en la red he encontrado esto:
“La palabra trabajo viene de trabajar y esta del latín tripaliare.
Tripaliare viene de tripalium (tres palos).
Tripalium era un yugo hecho con tres (tri) palos (palus) en los cuales
amarraban a los esclavos para azotarlos.
Con razón en Chile, al trabajo le decimos "pega".
Tri- viene de la raíz indoeuropea *trei- (tres), mientras palus viene
de *pag- (fijar, atar, fortalecer).
En realidad, la relación de "trabajo" con
"tripalium" no es de "pegar" sino de "sufrir". Se
aplicaba a cualquier actividad que producía dolor en el cuerpo.
Cuando se inventó esta palabra la mayoría de la población trabajaba en
el campo haciendo esfuerzo físico, lo cual los hacía sentir como si hubieran
sido apaleados.
La relación de trabajo y dolor también se refleja en la palabra
"labor" (del latín), la cual, en inglés significa trabajar, y también
cuando una mujer está a punto de parto, que según entiendo es la experiencia
más dolorosa del mundo”.
Y como complemento no menos impactante a esta etimología aprendí de otro
vocablo vinculado al mismo termino.
Un vocablo que en su sentido menos edificante, pero sentido al fin y al cabo, escuché decir a un ponente en una charla presentación de un producto y de la historia de ese personaje vinculado a dicho programa de trabajo.
Un vocablo que en su sentido menos edificante, pero sentido al fin y al cabo, escuché decir a un ponente en una charla presentación de un producto y de la historia de ese personaje vinculado a dicho programa de trabajo.
La palabra es “empleado”.
En el contexto en el que lo pronunció fue después de haber hecho un
sondeo entre los asistentes para saber quién era asalariado por cuenta ajena,
quién emprendedor empresarial, quién autónomo, quién vivía de sus propias
rentas.
En un momento y dado que la mayoría de los asistentes éramos asalariados por cuenta ajena a tiempo total o parcial dijo lo de “Empleados…. “.
En un momento y dado que la mayoría de los asistentes éramos asalariados por cuenta ajena a tiempo total o parcial dijo lo de “Empleados…. “.
La mayoría éramos “empleados”, es decir pues: “usados”.
Reconozco que me sentí duchado por un agua fría que producía de todo
menos placer.
Y ahora entiendo cómo es que el trabajo es una causa de sufrimiento y
de pesada carga.
Y ahora entiendo como la expresión:
“Te ganarás el pan con el sudor de tu frente”.
Es en realidad una orden hipnótica que condena en vez de liberar y ello en base al poder de las palabras.
“Te ganarás el pan con el sudor de tu frente”.
Es en realidad una orden hipnótica que condena en vez de liberar y ello en base al poder de las palabras.
Es por eso que ahondando en los significados de las palabras siempre y
desde que supe lo que significaba el vocablo trabajo he caído en la cuenta que
es mejor que se pueda decir:
“¿Qué haces en la vida?”
“Yo soy jugador de….
Aunque un jugador profesional es algo también algo a cuestionarse
Y es por eso que intentemos que lo que hagamos se convierta en nuestra
pasión porque dejará entonces de ser una carga.
Y es que el cariz del trasfondo lo importante es lo que hay detrás
como significado profundo de lo que se pronuncia con las palabras.
Éstas dan mucha información escondidas.
Hablar es lo que nos hace diferentes de los demás animales
Hablar permite cambiar el pensamiento si produce reflexión y
razonamiento.
En este tiempo, es verdad que el hombre es rico en palabras pero pobre
en sentimientos.
Y no es menos verdad lo que dice un dicho:
Tenemos dos oídos y una boca, ya que la regla de oro es escuchar el
doble de lo que se habla.
Palabras, palabras cuánto dicen y cuánto callan…
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