domingo, 2 de marzo de 2014

Algo que es cotidiano



Recientemente me ocurrió algo que me hizo recordar algo que me ocurrió hace tiempo.

Por motivos varios una persona cercana a mí me acompañaba en una jornada laboral, y en ese acompañarme había bastante rato que debíamos ir en vehículo juntos.

Conducía yo y como el tiempo apremiaba iba un poco más rápido de lo que se va cuando el tiempo no es un apremio.



La persona que me acompañaba hizo referencia a que no debía ir acelerado y que debía de ser más pausado.

Le expliqué las motivaciones que me llevaban a ello pero no las aceptó, se mantenía en su punto de vista.

Para mí, que era quién coordinaba la acción profesional y que sabía de los contratiempos que conllevaba no llegar a tiempo de hacer lo que debía hacer su observación, si bien certera, no me parecía adecuada.

Hasta aquí todo normal y todo cotidiano.

En otra ocasión, la misma persona que me hizo la observación y que en esa otra ocasión el apremiado era él quien aceleraba el ritmo fue él y no yo. Me recordé de la observación que tiempo atrás me había hecho.

Haberla recordado no hubiera servido de nada en ese momento.

Hasta aquí todo normal y todo cotidiano.

Lo que todo esto me hizo recordar algo que ocurrió hace tiempo es que a un lama tuve la ocasión de hacerle una pregunta.


Le dije que había observado como muchas personas emplean una parte de su interrelación humana a aconsejar a otros cómo han de hacer o no hacer, y como muchas veces las mismas personas que reciben esas sugerencias a su vez dan esas sugerencias a otras personas.

La respuesta del lama me fascinó.

Simplemente me dijo que sería mejor que las personas en vez de dar sugerencias se cuestionasen a sí mismas sobre cómo podían hacer mejor para ayudar a esas otras personas a las que, dando sus consejos, daban por sentado que estaban errando.

No puedo añadir nada a este comentario porque de por sí mismo es ya muy inspirador y profundo.



Sigo viendo que muchas veces las personas tenemos esa tendencia natural a sugerir a los demás lo que creemos que es mejor y muchas veces en ese pensamiento se encierra liberado un pensamiento de ayudar.


Sin embargo una sugerencia es como un traje o una ropa.
Me la pruebo y si me gusta cómo me queda me la dejo puesta, si no me gusta la dejo.

2 comentarios:

  1. Creo que estas hablando de dos tiempos diferentes dentro de lo cotidiano y habitual. En ese tiempo tu pediste a la persona que fuera prudente por su vida, por tu vida....ahora esa persona te dice lo mismo por tu vida y su seguridad.

    ¿Será que la otra perssona reconoció tu observación y cuando te vio a ti en la misma situación te lo recordó porque lo recordó?

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  2. para mi,lo mas importante de todo el proceso,es el llegar a la conclusión,con el tiempo,de hacer esa revisión o cuestionamiento,de nuestro proceder en la vida,en las situaciones que se nos presentan,de tal forma que mostramos una sabia pre-ocupación por hacer siempre lo mas correcto,o cuando menos,intentarlo.Creo que es un deber ineludible para cualquier ser en evolución,en desarrollo,en vivir,sin perder de vista que estamos a-prendiendo para incorporar lo que desconocemos para nuestro mas sublime bien.

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