Hace poco tuve
la oportunidad de reencontrarme con viejos amigos.
Cuando digo viejos amigos, digo amigos que también lo fueron en tiempos antiguos.
En tiempos
antiguos en los que esos viejos amigos vestíamos otras ropas y otros ropajes,
otros cuerpos y éramos otras entidades.
Nos animaba un mismo sentimiento, una misma creencia y un mismo ideal.
Digo nos
animaban y digo también: nos animan y nos seguirán animando.
En esos encuentros
de antaño y en estos de ahora se hablaba de eternas verdades, de cosas
personales y de cosas mundanas también.
En este último
encuentro un concepto expresado hizo hacerme una profunda reflexión:
¿Está todo
escrito y no se puede cambiar?, ¿se puede influir en el futuro y cambiarlo desde
el presente?
Según los que
conocen profundamente la astrología todo lo que ha de acontecer está escrito y
nada puede cambiarlo.
Según los que defendíamos
la influencia del pensamiento en la determinación del futuro el axioma
astrológico no puede ser tan categórico.
En argumento del
primer dictamen oí decir:
“Mira, si esta reunión
estuviese aspectada por el tránsito de Venus habría una energía de armonía que
nos envolvería y nos subyugaría y todo transcurriría en armonía placentera, pero
si esta misma reunión estuviese aspectada por el tránsito de Marte la energía
predominante sería la de tensión y la de contraste de fuerzas y nos sentiríamos
con algo de incomodidad, la astrología es la ley”.
En argumento del
segundo dictamen oí decir:
“Hay personas
que tienen un inside interno poderoso y resuelven el bioshock que originó una
enfermedad terminal y acaban sanando espontáneamente por ejemplo de un cáncer en fase terminal
que se padecia”.
Como siempre, como casi siempre, pienso que la respuesta está en el medio.
Es como ya escribí en este mismo blog, dos aspectos enmascaran un tercer aspecto que suele ser el más importante y el resultante y el origen al mismo tiempo de los otros dos. Es como la tercera
cara de una moneda, que contiene a las otras dos más visibles y las hace posibles, me refiero al
canto.
Y es por ello que pensé, y sigo pensando pasados unos días, que la respuesta está en el medio.
Las cosas que
han de pasar van a pasar, y nosotros podemos determinar en qué forma puede ser
que pasen o cómo se pasen pero no evitar que pasen si han de pasar.
Para mí lo
cierto es que venimos a este tiempo y a este espacio con un programa de vida
que hemos de cumplir.
Ese programa se
vive en un ilusorio futuro que ya está creado y que vamos descubriendo y
edificando presente a presente.
Al mismo tiempo este presente edifica el futuro que viviremos tanto en esta como en otra existencia y que estará predefinido como presente cuando lo vivamos, si nos toca.
Al mismo tiempo este presente edifica el futuro que viviremos tanto en esta como en otra existencia y que estará predefinido como presente cuando lo vivamos, si nos toca.
Pienso también
que ciertas cosas no podemos evitar que pasen, sencillamente porque han de
pasar.
Creo firmemente
en la astrología como ciencia y empiezo a entender que los juegos y bailes de energía
que se ponen de manifiesto a través de los movimientos sincrónicos de los
astros y de los planetas son veraces e influyentes y que entenderlos nos ayudan a vivir más
en armonía con el todo.
Si un día está
aspectado por una energía, esa energía la viviremos; sencillamente el saberlo con
antelación nos puede ayudar a vivirla mejor.
Es como tener predicho un temporal de nieve o un día soleado y armonizar el vivir nuestro de ese día en base a esa realidad inevitable de día de sol o de día de nieve o lluvia.
Es como tener predicho un temporal de nieve o un día soleado y armonizar el vivir nuestro de ese día en base a esa realidad inevitable de día de sol o de día de nieve o lluvia.
Creo también que
hay un resquicio a lo imponderable que puede manifestarse y que los astrólogos
lo definen como aspectos a los que no les habían prestado atención al ver la carta astral y que son
los más determinantes.
No pretendo dar
respuesta a la eterna pregunta de si todo debía ser así o si podíamos evitar que todo
fuese como debe ser, pero me he planteado ahora lo que muchos se plantean antes o después.
Y hay una película
que la revisioné justo hace poco que trata ese tema justamente.
Se titula "IF ONLY" en inglés y "UN DIA INESPERADO" en castellano.
Puede resultar que
sea una acaramelada historia de amor reflejada en celuloide pero pone en la
trama que vive la pareja protagonista la evidencia de una posible historia real
que manifiesta este koan que me planteó el reciente encuentro con mis viejos
amigos.
En la historia
de la película, un sueño premonitorio anuncia un final duro.
El intento
desesperado del protagonista de cambiarlo produce que poco a poco se produzca en él un
cambio de conciencia y de actitud en su día, en su vida.
El desenlace por
inesperado no es menos esperado ni anunciado.
Pasó lo que debía pasar y justo eso hizo que cambiase la historia de su futuro futuro, porque él lo decidió y los eventos lo guiaron a su decisión.
Me gustan también los encuentros con mis viejos amigos, me cambian la vida, me cambian el pensamiento...
Puedo decidir no ir a su encuentro y sin embargo, algunos de ellos que son buenísimos astrólogos, me dicen que está escrito en mi carta astral que encuentros con amigos se producen, que están escritos...
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