domingo, 15 de mayo de 2011

Causal vs casual

Hoy, regresando a casa por la mañana, causalmente     - causalmente, no casualmente -       me encontré con dos compañeras de la coral de góspel.

Fueron ellas las que me vieron y las que hicieron por hacerme notar que estaban tras de mí en su coche e hicieron de todo por saludarme y decirme que allí estaban.

Ese causal/casual encuentro me lleno de alegría por la alegría que me infunde haberme encontrado con ellas, haberlas conocido en la coral de góspel desde cuando comencé a integrarme al grupo.

Les he hecho saber la felicidad del encuentro y ese encuentro, ya de regreso a casa, me ha hecho pensar y reflexionar en ese tipo de situaciones.

¿Qué hubiera pasado si no conociese a mis compañeras de góspel?

Sin duda la situación hubiera sido la misma, ellas habrían estado tras de mi coche en su coche y hasta es posible que en algún momento hubiésemos estado en paralelo, nos hubiésemos visto y mirado pero probablemente no se hubiera pasado nada más.

Quien vive en una gran ciudad y quien no también, encuentra miles de personas a su alrededor, personas a las que tal vez conoce solo un 0,1 %

A veces me he preguntado cuando estoy entre medio de personas, ¿conoceré alguna vez a esa persona que tengo ahora ante mí?, ¿la volveré a ver alguna vez?

En una ocasión un buen amigo mío   -un abrazo Lice-  me dijo:
“No se puede ir al pasado y, como se ha escrito, “robar” el momento de una mirada que, de no haber ido al pasado fijaba su atención totalmente en una persona. No es posible porque esa mirada le pertenece a las dos personas”.

Es esa reflexión, que en su día hace ya tiempo le escuché decir  a mi buen amigo, la que está, de alguna manera, en la base de la reflexión que ahora estoy escribiendo.

Me ha pasado más de una, más de dos y más de veinte veces fijarme por algo en alguien y ese alguien cambiar la dirección de su mirada y fijarse en mi y cruzar así nuestras miradas. A veces he creído sentir que cuando sin saber porqué yo fijo la atención en alguien es porque seguramente ese alguien me estaba mirando y tenía algún pensamiento hacia mí.

Nada es casual, todo es causal, como el encuentro de esta mañana con mis dos amigas, con mis dos compañeras de góspel. 
Ese encuentro ha originado pensamientos, emociones, cruce de sms, este escrito en este blog y quién sabe qué más….

Creo por tanto que a cada persona con la que se produce un encuentro aún sin conocerla y que por algún instante se cruzan las miradas es por algo y para algo, inclusive creo que pasa también lo mismo con las personas que ni nos miramos pero que por un momento estamos cerca, estamos en el área de influencia del campo magnético que genera cada corazón de cada ser humano y ello por los efecto que eso genera.

No nada es casual todo es causal.


Puede ser que la clave esté en “mirar”, en “ver”, en “observar”.

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