domingo, 29 de septiembre de 2013

De película 1


Hay una expresión que se usa en castellano frecuentemente.
La expresión es "de cine", "de película"

Es una expresión que se usa frecuentemente en castellano cuando algo, una acción, un hecho, etc. ha dado un resultado extraordinario o sencillamente ha quedado bien.

My mind de hoy va en otro sentido.
El sentido en el que va My mind de ahora va de escenas de película.
Escenas que me han impresionado, escenas que me impresionan, escenas que me han hecho pensar o escenas de cine que literalmente son "de película".

La que escojo para este mi escrito de ahora   -seguiré con esta colección-    es una escena de la película "EL PIANISTA".

La película narra un hecho real, narra las vicisitudes que vive el protagonista de la historia el músico polaco de orígen judío Wladyslaw Spilzman

Tras la invasión de su país Spilzman vive escondido todo el tiempo que dura la guerra y hasta la liberación de su país por parte del ejercito ruso.

Casi al final de su epopeya, un soldado alemán de alta graduación le descubre casi por azar fuera de su escondite  -la azotea de un edificio-  cuando Spilzman está intentando abrir una lata de conservas.

La escena adquiere tintes dramáticos por lo que supone para el protagonista saberse descubierto. 

La idea de ser matado después de tanto tiempo imagino que pasa por su pensamiento, y ello adquiere una atmósfera especial cuando el capitán al pedirle que se identifique y al saber que es pianista le pide que toque algo en el piano del edificio.


Qué habrá pensado Szpilman creyendo que está tocando quizás por última vez una melodía al piano.

Con qué pasión la habrá tocado, con qué sentimientos la habrá interpretado…
Y todo ello sin saber que el capitán acabará protegiéndolo y ayudándole en los últimos días de su cautiverio.


https://www.youtube.com/watch?v=_K-mw4CSfnI

Hoy he visto de nuevo esa escena de la película y de nuevo me han asaltado esos pensamientos.

No entro en la valoración para nada de la capacidad interpretativa de Adrien Brody el actor que da forma a esa escena y que me imagino que fue real ya que se trata de una película biográfica.

Me detengo en el hecho de imaginar qué pasaría por la mente del verdadero protagonista en ese momento, o aún más qué me pasaría por mi cabeza a mi si supiese que voy a morir en las siguientes horas.

Hace poco me hicieron esa pregunta y no supe qué responder pues aunque piense en ello no lo consigo sentir hasta las entrañas de mi ser como para poder dar una respuesta más veraz.

Qué pasará/ía en ese momento…

Me imagino que la esencia destilada de la vida de cada uno.

Si la música fue su pasión para Szpilman, en ese momento manifestado en cada nota seguramente habrá estado la esencia de esa pasión, mezclado con sus emociones del momento.

Una vez dijo mi maestro que me instruía acerca de las verdades eternas que un hombre tiene un aspecto insondable en su alma al que ningún otro hombre puede jamás llegar.

Entendí que se refería a una parte del interior de cada uno y desde la que brota la linfa de nuestra forma de vivir la vida. Ese espacio desde el que brotan, no solo los pensamientos sino el matiz y la textura de los mismos, un sitio que es como el centro del Universo, insondable.
Por eso quizás será dificil saber qué y cómo paso lo que pasó por la cabeza de Spilzman en aquel momento. Porqué escogió aquella melodía, porqué quizás sonó como nunca antes la había hecho sonar.

Si eso es lo que he visto en esa escena de película…

Las películas no son más que un reflejo de lo que es la vida o de lo que nos gustaría que fuese la vida, por eso pienso que nos atraen tanto, por eso en castellano decimos: ”DE PELÍCULA”, “DE CINE”.

sábado, 21 de septiembre de 2013

Equilibrio

El simbolo del Ying-yang es uno de los más profundos en significado que conozco.

Adoro este simbolo.

Representa, entre otras cosas el perfecto equilibrio.
Es una totalidad unficadora.
Es por su sencillez majestuosamente bello.
Es equilibrio en estado puro.




Una vez mi padre me dijo:

Marquitos…  -tanto mis padres como mis madres me han llamado siempre así-   recuerda siempre: ¡de bueno a tonto hay un solo paso¡”.

Su sabio consejo   - ¡gracias papá¡ -   buscaba evitarme sufrimientos, decepciones y abusos hacia mi persona.

Cuando me hice mayor su frase me la he recordado a menudo, y a menudo he tenido experiencias que me demuestran que no la he sabido, o no la supe tener muy en cuenta pero sin embargo me la recuerdo a menudo.

Y pensando en ella pensé que en realidad entre los extremos opuestos, por muy opuestos y alejados que pudieran parecer, a veces pareciera que hay simplemente un filo de navaja que los separa.

De justo a injusto, de servicial a sirviente, de bueno a tonto, etc.

Una vez un amigo mío del alma a un hombre sabio, un hombre sabio que nos instruía sobre las cosas del Cielo y de la Tierra le preguntó qué era lo que nos faltaba para asemejarnos a los Dioses.

Y con su sabiduría con una sola palabra le respondió y le dijo:
¡El equilibrio, nos falta solo el equilibrio¡”.

El equilibrio es el tercer aspecto que engloba a los dos polos opuestos.
El equilibrio es omnipresente y es, la mayoría de las veces, la gran clave de la vida.

De hecho los mismos científicos aseguran en sus postulados que la vida no es más que un equilibrio perfecto entre todos los biosistemas interactuando conjuntamente.

Aprender a mantener el equilibrio para ir en bicicleta en la etapa de la niñez es para muchos niños, uno de los aprendizajes más importantes a realizar.

Es como si ello fuese una metáfora de la misma vida.
Es como si fuese lógico que ese fuese un paso a aprender después del paso que supone el paso de aprender a caminar.

Hoy he visto por primera vez esta foto.



Es una foto que me ha impresionado y que resume el concepto que expreso ya que esta foto que hoy he visto por primera vez me ha hecho pensar en esto que he escrito.

Los extremos se tocan y, aunque no lo parece sin serlo y sin parecerlo son iguales y ello aunque sean diametralmente opuestos.

Nosotros estamos en el punto de equilibrio, ni arriba, ni abajo.
Aunque eso si, podemos ir y estar arriba y podemos ir y estar abajo.



martes, 3 de septiembre de 2013

Una confesión


Lo confieso, me confieso.


Cuando empecé a escribir este blog, hace ya ahora un tiempo, lo empecé como un ejercicio personal, un ejercicio personal de dejar algo de mí, de compartir lo que bulle por mi cabeza, de mis mymineadas.

Lo que me indujo empezar a escribirlo fue un sentimiento que no sé definir bien.

Ganas de compartir, ganas de perdurar, a través de lo escrito, en el tiempo, ganas de trascender, ganas de divulgar,….

A veces me veo a mi mismo más inspirado con ideas más frescas con necesidades más urgentes de comunicación. 
Y es por ello que a veces, en el tiempo, escribo más seguido, a veces más espaciado, pero siempre este blog es una parte de mí que está en mí que lo tengo presente, no sé cómo explicarlo.

Al principio lo escribía para mí mismo, luego empecé a escribir pensando en que me leían. 


Y sigo escribiendo para mí mismo, y sigo escribiendo pensando en que me leen y cuando los dos extremos se tocaron paralelamente surgió un tercer aspecto. Un tercer aspecto que relato. 

Como administrador de mi blog tengo acceso a una ventana que son las estadísticas, una ventana que me permite saber que de lo escrito me están leyendo en el momento presente, que me leyeron durante el día, durante el mes o desde que empecé a bloguear. 
Y no solo qué me están leyendo sino desde dónde.

El primer país es España, el segundo es México, luego los Estados Unidos y luego Colombia, y no nombro los otros que abracan lugares que jamás habría imaginado: Rusia, Letonia, Nueva Zelanda, Eslovenia y más lugares.

Una vez escribí un blog de agradecimiento a mi lector desconocido y lo juro me siento íntimamente honrado saber que alguien, en algunos de esos países que he mencionado o en algunos de esos que no he mencionado me ha leído o me leen, es más de lo que esperaba, pero es lo que esperaba al mismo tiempo lo confieso. Como confieso también que he deseado íntimamente que este blog fuese una puerta que diese forma a uno de mis sueños, compartir de viva voz lo que aquí escribo y por qué no hasta tal vez publicar mis escritos a forma de libro.

Por motivos personales estoy en Colombia.


Y Colombia es el cuarto país dónde más me han leído y a veces cuando voy entre las gentes de este bendito y hermoso lugar y me mezclo entre sus gentes me asalta la pregunta:  
“Este joven, este anciano, esta mujer, ¿me habrán leído?”

















Y pensando en ello se me ha ocurrido una idea tal vez utópica.
Dejo aquí, dejo ahora escrito una forma de contactarme.
Quizás esa puerta de la que hablaba antes se abra aquí.

Estaré aún un tiempo aquí en Colombia, regresaré aún aquí en más ocasiones, es pues válido este escrito.
Escrito que es válido en cualquier momento y en mi mymineada mía lo hago extensible a cualquier país.

Una vez me dije algo en lo que reflexioné. 
Me dije que los sueños son como las estrellas y las utopías, parecen inalcanzables pero de alguna manera al seguirlos se hace camino y por eso son hermosos los sueños y son hermosas las estrellas. 
Por eso hay tantas estrellas, porque somos muchos los seres humanos y porque muchos alimentan sueños y utopías.


Yo he confesado una mía
Si me quieres contactar:
amadiocambres@yahoo.es