jueves, 3 de marzo de 2011

AM..... & AM..

Amistad y amor tienen algo en común
Amistad y Amor tienen varias cosas en común
Amistad y Amor tienen varias cosas en común, la principal es que ambos forman un binomio.  
Amistad y Amor tienen algo en común, en común tienen las letras AM y ellas les dan forma y son el principio de ambas

Donde hay Amistad hay un aspecto de amor y lo ideal es que donde está el Amor, tal como lo entendemos, es decir el amor que une a un hombre y a una mujer, haya también amistad.

Una vez leí una declaración de Antonio Gala:
“Si yo pudiese dar un consejo, que consejos no puedo dar; sería que a la persona que escojas como tu pareja, antes de nada sea tu amigo/a”
Siempre creí que tenía y tiene razón y si yo alguna vez doy un consejo, que consejos tampoco puedo dar también digo: “…Lo ideal es que la persona que escojas como tu pareja, antes de nada sea tu amigo/a”.

Yo siempre, desde muy joven siempre pensé que mi mejor amigo sería siempre una mujer, lo que no sabía en aquél tiempo, en el que aún no conocía la reflexión de Antonio Gala, es que mi compañera de vida sería también mi amiga, mi mejor amiga, lo que si sabía es que tambien tendría amigas que no son mi mujer.

Conozco a mucha gente y a todos ellos o a casi todos ellos de esos todos ellos los refiero como “mi amigo”.

A veces digo:
"Tengo un amigo que…”
"Ayer me encontré con un amigo que…”
“voy  a verme con mi amigo…”
"Ayer un amigo me dijo…”

Y digo amigo aún sabiendo que amistad es algo muy, pero que muy profundo. Digamos, y por tanto digo conscientemente, que esos amigos ocupan distintos niveles de profundidad y si digo profundidad es pensando en lo hondo que calan adentro.
Ah, y teniendo en cuenta, eso sí, que cuando digo amigo digo también amiga porque para mí una amiga es mi amigo.

Recuerdo una película muy simpática que en España se tituló: “Cuando Harry encontró a Sally” dirigida por Rob Reiner y protagonizada por Meg Ryan, Billy Crystal en la que se planteaba, en modo de comedia si un hombre y una mujer pueden ser amigos.

Como siempre en la vida cada uno tiene su propia creencia, como siempre en la vida cada uno tiene su propia opinión.
La mía es que si se puede, la mía es que si se puede, se debe.

Hay amigos a los que subes en un pedestal y ellos tienen miedo de que los bajes.
Hay amigos a los que no quieres que los subas a ese pedestal.
Hay amigos a los que de ese pedestal te los bajan.
Hay amigos a los que quizás ya no veré nunca más.
Hay amigos a los que sé que voy a ver.
Soy amigo para amigos míos.
Soy amigo de gente que no me siente su amigo.

La palabra tiempo no entra para nada en el sentimiento de amigo.
A pesar de que haya pasado mucho tiempo   -vaya paradoja-   con el reencuentro parece que el tiempo no haya pasado.
Está el impacto del primer momento, de ver que el tiempo ha dejado surcos en la piel, en la forma del cuerpo de la cara, en las experiencias que atesora el alma, pero pasada esa primera impresión parece que el tiempo no haya pasado nunca.
En ese caso se dice: “Hay tanto que contar que me falta tiempo para contarte todo lo que he vivido en este tiempo, pero cuenta, cuéntame…”

Sobre este tema seguiré reflexionando.

Ahora solo puedo escribir      -bueno en realidad no escribo yo solo puedo “paste&copy”-   porque si intento escribir sobre ello, y doy fe de que lo he intentado, no sabré transmitir ni mitad de la mitad de la mitad de lo que Joan Manel Serrat, uno de mis poetas preferidos,  transmite

Pensando en la amistad escribió.


Decir amigo es decir juegos, escuela, calle y niñez.
Gorriones presos de un mismo viento tras un olor de mujer.
Decir amigo es decir vino, guitarra, trago y canción, furcias y broncas.
Y en Los Tres Pinos una novia pa' los dos.
Decir amigo me trae del barrio luz de domingo y deja en los labios gusto a mistela y a natillas con canela.
Decir amigo es decir aula, laboratorio y bedel.
Billar y cine.
Siesta en Las Ramblas y alemanas al clavel.
Decir amigo es decir tienda, botas, charnaque y fusil.
Y los domingos, a pelear hembras entre Salou y Cambrils.
Decir amigo no se hace extraño cuando se tiene sed de veinte años y pocas 'pelas'.
Y el alma sin mediasuelas.
Decir amigo es decir lejos y antes fue decir adiós.
Y ayer y siempre lo tuyo nuestro y lo mío de los dos.
Decir amigo se me figura que decir amigo es decir ternura.
Dios y mi canto saben a quién nombro tanto.




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